WASHINGTON,  (AFP) – El primer ministro saliente británico Tony Blair comenzó ayer miércoles una visita a Washington armado con una advertencia de despedida a la opinión pública internacional: que el mundo será un lugar mucho más peligroso si EEUU se aísla.

 El aliado más firme de George W. Bush en el exterior llegó a la base de la Fuerza Aérea Andrews en las afueras de Washington antes de partir hacia la Casa Blanca para sostener una cena privada con el mandatario estadounidense.

 La visita de dos días de Blair -quien abandonará el poder británico en poco más de un mes- marca el final de una tumultuosa sociedad con Bush, forjada al calor de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y la guerra en Irak.

 Tony Blair tiene previsto conversar con Bush sobre el desafío que representa para los aliados la situación en Irak, Afganistán, Medio Oriente y el caso nuclear iraní, así como el conflicto interétnico en la región sudanesa de Darfur y la liberalización del comercio mundial. En momentos que Blair, de 54 años, se dispone a dejar Downing Street luego de diez años en el poder.