TOQUES
Deportes vs delincuencia

TOQUES <BR>Deportes vs delincuencia

POR HÉCTOR GARCÍA
La desesperante violencia y delincuencia que vive el país en los últimos años, no es más que la productiva cosecha de lo que nosotros venimos sembrando en tierra fértil hace muchos años.  Recuerden el adagio que reza, «quien siembra vientos cosecha tempestades», o «tu cosecha lo que siembra»

A diario leo y escucho con preocupación a las autoridades gubernamentales, políticas partidistas, religiosas, medios de comunicación y otros sectores de la sociedad teorizar, de cómo se debe enfrentar la violencia y delincuencia.

Pero a nadie escucho sugerir, ni poner en práctica proyectos que realmente a mediano y largo plazo disminuyan y posteriormente eliminen los males.

¿Existe en el país un efectivo programa deportivo que inicie en las escuelas, en las áreas de recreación y llegue a los hogares? No.

¿Tienen las Secretarías de Educación y Deportes, los sociólogos, psicólogos y entrenadores que puedan desarrollar con efectividad un buen programa de prevención delincuencia en los niños? Si.

Entonces, ¿Por qué no se pone en ejecución?

Todo lo contrario, aquí se sigue premiando la vagancia, al extremo de que todavía en el país más exportador de peloteros, no existe un solo play para niños.

En éste país, los niños pobres están imposibilitados de aprender a jugar a béisbol.

Por tal razón, esos niños si es que van a la escuela, a la salida, toman de las manos una caja para limpiar zapatos y comienzan a recorrer las calles, haciendo paradas en billares, lugares de lavar carros y vender bebidas alcohólicas, en colmadones y bares. Ya ustedes saben lo que esos niños aprenden por ahí.

LAS LIGAS DE BÉISBOL

En la capital y Santiago, existen más de 200 ligas «para enseñar los niños a jugar béisbol», pero con raras excepciones, la mayoría de ellos son centros muy peligrosos, amen de que es incosteable llevar a los infantes.

Para un padre llevar un niño a una de esas ligas, debe pagar más de mil pesos de inscripción, comprar el uniforme, los zapatos, el guante y el bate. En todo esto se invierte más de otros dos mil quinientos pesos. Agregue al costo una mensualidad que siempre pasa de los 300 pesos.

Imagínese usted que sea más de un niño, como casi seguro es. ¿Cuántas familias pueden pagar lo que exigen las ligas?

A todo esto añada que la secretaría de Deportes regala a esas entidades la utilería, les paga entrenadores y secretarias y también cubre gastos de conferencias de prensa, inauguraciones y clausuras de sus torneos. ¿Por qué?

Esto hay que cercenarlo. Esas ayudas deben destinarse a programas que los desarrolle el propio Estado y que a esos comerciantes del deporte, al contrario, se les cobre por el uso de los plays del Centro Olímpico, de La Baranquita y la Ciudad Deportiva de Santiago, así como de otras zonas que han invadido.

Con carácter de urgencia a través de las asociaciones de béisbol, se debe iniciar un plan de trabajo y el secretario Felipe Payano, tiene que reactivar el programa Sedefir con los niños que creó César Cedeño y que manejaba Pablo Neftalí Cruz. Ese programa tenía cientos de niños residentes en barrios marginados, los cuales dos y tres veces a la semana practicaban diversas disciplinas y además eran tratados por psicólogos y sociólogos, por lo que venían aprendiendo a como conducirse ante la sociedad.

Al reiniciar el mismo se deben incluir disciplinas para hembras, donde además, aprendan a defenderse para que no continúen embarazándose tan jóvenes, muchas de las cuales mueren a causa de abortos.

Con programas de este tipo, dejamos de sembrar vientos en los barrios de la capital y Santiago, así como en los demás pueblos, por lo que, en algunos años estaremos cosechando otro tipo de frutos.

¿CÓMO DESARROLLARLO?

Con la cooperación de los legisladores, no rebajando el monto del Presupuesto a Deporte.

Con las iglesias y clubes sociales prestando sus técnicos para que colaboren en el terreno.

Con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, asistiendo a Educación y a Sedefir, enviando sus profesionales a las instalaciones.

Con el Estado otorgando más ayudas a Sedefir y a Educación.

Y, con el Comité Olímpico, reorientando su forma de trabajo, dejando de asistir a las no tan importantes competencias internacionales y llegando a las bases a llevar ayudas y sus válidas y sabias orientaciones.

De esta manera, creo que algo podemos lograr y talvez en poco tiempo tendremos que dejar de matar a nuestros violentos y descarrilados muchachos, que nosotros mismos los llevamos a ese terreno. ¡A quienes les sirva el traje que se lo pongan!

hgarciasr@msn.com

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