La tormenta tropical Helene se formó el martes en el mar Caribe y podría convertirse en un huracán de categoría 3 o mayor mientras se desplaza hacia el norte en dirección a Estados Unidos, dijeron meteorólogos. Fuertes lluvias y grandes olas ya azotaron las Islas Caimán, y algunos residentes de Florida empezaron a llenar sacos de arena y a evacuar en anticipación a las posibles inundaciones.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus iniciales en inglés) emitió avisos de huracán para algunas zonas de Cuba, México y una franja de la costa de Florida, incluido Tampa Bay. Se emitió una alerta de tormenta tropical para algunas zonas de los Cayos de Florida.
La tormenta se encontraba a 240 kilómetros (150 millas) al sur del extremo occidental de Cuba, tenía vientos sostenidos de 85 km/h (50 mph) y se desplazaba hacia el noroeste a 19 km/h (12 mph). Se tenía previsto que se convirtiera el miércoles huracán a medida que se acercaba a la costa del Golfo de México y podría convertirse en un ciclón de categoría 3 o mayor para el jueves.
En Estados Unidos, las autoridades federales están desplegando generadores, alimentos y agua, junto con equipos de búsqueda y rescate y restauración de energía, al tiempo que el presidente Joe Biden declaró el estado de emergencia en Florida.
En previsión a la llegada de la tormenta a la costa del Golfo del estado tan pronto como el jueves, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, aumentó el martes de 41 a 61 los condados incluidos en la zona de alto riesgo.
La tormenta tropical obligó a la NASA y SpaceX a retrasar al menos hasta el sábado un lanzamiento espacial previsto para el jueves. Y la Universidad de Florida A&M pospuso su próximo partido de fútbol americano universitario contra Alabama A&M.
Debido al enorme tamaño de la tormenta, es importante no sólo mirar hacia dónde se dirige, advirtió Larry Kelly, especialista del NHC, mientras alrededor de 10 condados de Florida instaron u ordenaron evacuaciones.
“Va a ser un sistema muy grande con impactos en toda Florida”, dijo. “Manténgase al día con el último pronóstico y preste atención a sus funcionarios locales”.
Hal Summers, trabajador de un restaurante en Mexico Beach, Florida, no necesitaba que se lo recordaran después de que apenas sobrevivió al huracán Michael en 2018. DeSantis ha dicho que Helene podría ser similar a ese huracán de categoría 5, el cual se intensificó rápidamente y sorprendió a los residentes antes de trazar un sendero de destrucción a través de la franja noroeste del estado.
Cuando golpeó, Summers salió con su gato en brazos mientras las aguas comenzaban a subir rápidamente en la casa de sus padres. Su casa y la de sus padres quedaron destruidas.
“Fue una experiencia tan traumática que ese no era el lugar que necesitaba para mí”, dijo el martes mientras evacuaba con un amigo a Marianna, una ciudad más al interior.
Si la tormenta tropical Helene sigue el mismo camino que los dos huracanes anteriores que azotaron Florida el año pasado, el estado se recuperará más rápidamente y no sufrirá un impacto económico tan grande, dijo el martes el director financiero de Florida.
Esto se debe a que el huracán Idalia, que azotó Florida en agosto de 2023, y el huracán Debby, que tocó tierra el pasado agosto, derribaron estructuras vulnerables y árboles que habrían causado escombros, dijo Jimmy Patronis, director financiero de Florida.
Se espera que la tormenta se desplace sobre aguas profundas y cálidas, lo que alimentará su fuerza. Los habitantes de las regiones incluidas en los avisos y alertas deben estar preparados para quedarse sin electricidad y deben tener suficiente comida y agua para al menos tres días, dijeron los meteorólogos.
Helene, la octava tormenta con nombre de la temporada de huracanes en el Atlántico, podría convertirse en un huracán de categoría 3, con vientos de al menos 178 km/h (111 mph), antes de acercarse a la costa nororiental del Golfo de México. Desde 2000, ocho huracanes de categoría 3 o mayor han tocado tierra en Florida, según Philip Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado.
Dado el gran tamaño previsto, la marejada ciclónica, el viento y la lluvia se extenderán lejos del centro de la tormenta, especialmente en el lado este. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, ha declarado el estado de emergencia. Y estados tierra adentro como Tennessee, Kentucky e Indiana podrían registrar precipitaciones asociadas con la tormenta.
Una advertencia de tormenta tropical estaba en vigor para Dry Tortugas de Florida, la parte baja de los Cayos de Florida al oeste del puente Seven Mile, de Río Lagartos a Tulum, México, y las provincias cubanas de Artemisa, Pinar del Río, y la Isla de la Juventud. Se retiró el aviso de tormenta tropical para Gran Caimán. Las autoridades instaron a la población a permanecer en interiores mientras la tormenta se alejaba y dijeron que pronto se desplegarán cuadrillas para evaluar los daños.
Se emitió un aviso de marejada ciclónica para Tampa Bay, el puerto de Charlotte y desde Indian Pass hacia el sur hasta Flamingo. Se emitió un aviso de tormenta tropical para el centro de los Cayos de Florida desde el puente Seven Mile hasta el puente Channel 5, desde Flamingo hasta el sur de Englewood, y desde el oeste de Indian Pass hasta el límite del condado de Walton Bay.
El sol brillaba el martes en Tarpon Springs, Florida, pero los residentes ya llenaban sacos de arena mientras se preparaban para posibles inundaciones.
Las autoridades de las Islas Caimán ordenaron el cierre de escuelas, aeropuertos y oficinas gubernamentales debido a que los fuertes vientos dejaron sin electricidad a algunas zonas de Gran Caimán, mientras que las fuertes lluvias y olas de hasta 3 metros de altura provocaron inundaciones.
Muchos en Cuba miraban con preocupación al meteoro, ya que según las previsiones sus bandas exteriores podrían alcanzar la capital, La Habana, la cual sufre una grave escasez de agua, tiene montañas de basura sin recoger y constantes apagones.
Se esperaba que la perturbación pase por las aguas que separan Cuba de la península mexicana de Yucatán a primera hora del miércoles y después se dirija al norte hacia la costa del Golfo de México.
Se prevén hasta 20 centímetros (8 pulgadas) de lluvia en el oeste de Cuba y las Islas Caimán, con totales aislados de 30 centímetros (12 pulgadas). Hasta 15 centímetros (6 pulgadas) de lluvia se espera para el este de Yucatán, con totales aislados de más de 20 centímetros (8 pulgadas).
Según el Centro Nacional de Huracanes, también se prevén fuertes lluvias en el sureste de Estados Unidos a partir del miércoles, amenazando con inundaciones repentinas y fluviales. Se preveían hasta 20 centímetros (8 pulgadas) de lluvia en la región, con totales aislados de 30 centímetros (12 pulgadas).
Se pronosticaba una marejada ciclónica de hasta 15 pies (5 metros) desde el río Ochlockonee, en Florida, hasta Chassahowitzka, y de hasta 10 pies (3 metros) desde Chassahowitzka hasta el río Anclote y desde Indian Pass hasta el río Ochlockonee.
La temporada de huracanes en el Atlántico va del 1 de junio al 30 de noviembre. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica ha pronosticado para este año una temporada de huracanes en el Atlántico superior a la media debido a las temperaturas récord de los océanos. Prevé entre 17 y 25 tormentas con nombre, y entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.
En el Pacífico, el sistema John causó la muerte de dos personas tras azotar la costa meridional de México como huracán, arrancando techos de hojalata de las casas, provocando deslaves y caída de decenas de árboles, según informaron el martes las autoridades.