Tormentas consecutivas afectan gravemente a granjas de Haití

Tormentas consecutivas afectan gravemente a granjas de Haití

FAUCHE, HAITÍ. AP. Al echar un vistazo a sus plátanos derribados tras el paso del huracán Gustav, Jean Tilhomme Fontius dijo que tendrá que aumentar los precios de esta fruta básica a pesar de la grave carencia de alimentos que enfrenta el país. 

“No sé a cuánto vamos a venderlos por ahora, pero el precio va a tener que subir”, dijo el agricultor de 51 años, al tiempo que se encogía de hombros en señal de disculpa. 

El huracán Gustav y la tormenta tropical Fay azotaron Haití en las últimas dos semanas, dejando 85 muertos tras de sí y provocando un serio revés a los esfuerzos para impulsar la producción agrícola y acabar con la dependencia del empobrecido país a los alimentos importados. 

Los trabajadores de asistencia laboran a toda prisa para responder a una crisis dentro de una crisis, en la que los daños generados por las tormentas, combinados con la persistente escasez de alimentos, amenazan con desestabilizar una situación política frágil de por sí. Incluso mientras Gustav golpeaba el martes la ciudad sureña de Jacmel las protestas en torno a los precios de los alimentos estaban comenzando de nuevo.  Al concluir la semana, 8,000 personas seguían en los refugios, mientras que un informe preliminar de las Naciones Unidas dijo que la destrucción que Gustav propinó a los cultivos haitianos es “muy significativa”. 

La organización activista World Vision International planeaba distribuir alimentos para 400 personas el viernes, pero de repente se presentaron mil. Casi 90 refugiados en el poblado de Petit Goave aún aguardaban la llegada de comestibles en un refugio habilitado en una escuela tres días después de la tormenta.

 Una sola olla de frijoles sin sazonar hervía sobre una estufa de carbón, sin que nadie le hiciera caso. Los refugiados se negaban a comerlos sin arroz.  “No hemos tenido qué comer desde ayer. La gente en el exterior está gritando”, dijo Fritzgerald Douge, el funcionario municipal a cargo del refugio, que se metió a la oficina del director para eludir a una enfurecida multitud de madres.  La nación más pobre del Hemisferio Occidental ya estaba gravemente afectada por los elevados precios de los alimentos en el mundo y una desnutrición infantil generalizada.

Los disturbios en abril para protestar por la falta de alimentos dejaron muertos al menos a seis haitianos y a un elemento de las fuerzas de paz de la ONU, y derivaron en la renuncia del primer ministro.  Para julio sólo había sido entregada una fracción de las decenas de miles de toneladas de ayuda alimentaría que había sido prometida para apaciguar los disturbios.  Fay empapó las granjas en la península del sur de Haití y luego Gustav las arrasó, después de que llegó a tierra como un huracán categoría 1 y desbarató las chozas de lámina.  De acuerdo con un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación difundido el sábado, poco más de nueve kilómetros (seis millas) de canales de irrigación quedaron destruidos en el poblado de Belle Roche.

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