Tormento vehicular

Tormento vehicular

El tránsito vehicular en la capital del país y en Santiago de los Caballeros en vez de solucionarse gradualmente se demoniza cada vez más, sin que los incumbentes de AMET pauten alternativas eficientes para superar el problema.

Todos los directores de AMET se esmeraron en decantarse por la pendiente de la represión y no de las alternativas y la educación al conductor y del actual es poco lo que es de esperar porque es desorden, aguaje y narcisismo.

Hay tapones a todas horas y se comprende porque un 70% de la economía es informal. Empecemos por los colegios a quienes la Secretaría de Educación debe organizar el transporte en autobuses de los planteles, no los padres o madres, que aumentan el congestionamiento vehicular y la prueba es que en las vacaciones de verano e invierno el tránsito disminuye en más de un 30%.

Más de cinco mil chatarras peligran y saturan el tránsito de concho, que debe modificarse a que sean taxis de carrera, un pasajero, no colectivos, sustituyéndolos por autobuses medianos y grandes.

Los choferes de concho y de las “voladoras” nunca han preocupado educarlos un director de AMET para que en vez de kamikazes se civilicen. Los horarios del comercio deben regularizarse a partir de las 10:00 a.m. y el oficial a la hora acostumbrada. Vehículos de tracción muscular no deben circular después de las 7:00 en verano y 6:00 p.m. invierno.

Pasos de niveles se han construido en dirección oeste-este y ahora es que se construyen norte-sur. El ADN recoge la basura a todas horas, sobre todo, las picos, que son todas, en vez de las 9:00 p.m. en adelante.

Las contravenciones por violar todos los acápites de la Ley 241 son ridículos, y deben elevar la mínima a cinco mil pesos, porque el dinero es que le duele a la gente. Este servidor se reserva sus dudas de que el actual incumbente de AMET secunde estas propuestas.

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