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MADRID. AP. Seis años después de la prohibición de emitir corridas de toros en la televisión pública de España, la tauromaquia regresa el miércoles al canal más visto del país en un importante impulso a una tradición golpeada por la pérdida de popularidad y los rigores de la crisis económica.
La vuelta de los toros a Radio Televisión Española (RTVE) es una gran victoria para los defensores de la llamada fiesta y un paso atrás para los antitaurinos que consideran a las corridas de toros un espectáculo sangriento y absurdo.
La corrida del miércoles en Valladolid, en el norte del país, reúne a tres de las principales figuras del escalafón taurino: Julián López El Juli, José María Manzanares y Alejandro Talavante.
La terna renunció a sus derechos de imagen para abaratar el coste de la transmisión. El anterior gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero eliminó las corridas de toros de la televisión pública en octubre del 2006 para ahorrar gastos y por ocupar un horario usualmente destinado al público infantil.
El actual gobierno conservador del Partido Popular, que se opone a cualquier intento de acabar con las corridas de toros en España, modificó los estatutos de RTVE para que vuelvan a emitirse en directo.
A lo largo de estos años, los toros no llegaron a abandonar la televisión pública, que, por ejemplo, ha seguido emitiendo los tradicionales encierros de Pamplona en directo. Sin embargo, las grandes ferias taurinas como las de Madrid y Sevilla han sido retransmitidas en pago por visión, con una penetración muy pequeña en comparación con la audiencia que genera RTVE.
El regreso de los espectáculos taurinos a la televisión se suma al más de medio millón de firmas que varios grupos en defensa de la tauromaquia presentaron en marzo en el Parlamento para promover una iniciativa legislativa popular que brinde protección legal a las corridas de toros.
El objetivo es declarar a los toros como bien nacional de interés cultural, y cuenta con el apoyo del Partido Popular y el presidente del gobierno Mariano Rajoy, aficionado confeso a la fiesta.
De prosperar, la iniciativa desactivaría la prohibición de celebrar espectáculos taurinos en Cataluña, y cualquier otro intento de vetar las corridas de toros en España.
