En la ciudad de Santo Domingo, un poco distante  de la Zona Colonial,  hay ciertas edificaciones cuya construcción tiene una estructura de formación decorativa muy singular.

Uno de ellos está en la calle José María Heredia número 6. Se trata de una  edificación de dos niveles  cuya fachada es única en toda la ciudad.

La parte frontal está edificada en un material gris que simula  piedras talladas, y del  segundo nivel  surgen dos torres desiguales:  la del lado sur arriba está almenada y la del lado norte, no. Ambas presentan un cuerpo sobresaliente totalmente circular;  el borde del techo del primer nivel presenta  almenas (ornamentos huecos de forma escalonada), asimismo las tienen dos cuerpos sobresalientes curvados que están al lado de la puerta de entrada, la cual es arqueada y tiene un marco con un grueso borde.

Otra curiosidad es que  cada lateral presenta el corto muro de un pasillo cuya superficie debajo es el puente con dos arcos de un estanque de agua vacío con tuberías que separa la fachada de la acera amurallada. Dicho pasillo viene de afuera, donde hay un par de cortas columnas cuadradas en cuya parte superior montada se inicia una marquesina de techo curvo en cuyo medio cuelga una especie de foco cuadrado con dibujos orientales y también en los laterales se aprecian otros que son unos globos chinos.

Asimismo, si nos trasladamos a la avenida México esquina Salcedo, encontramos otra edificación de cuatro niveles cuyo cuerpo frontal del lado oeste deja el espacio interno para un estacionamiento; allí, en ese doblez, podemos observar que del vértice esquinero sobresale una elevada torre de aproximadamente veinticinco metros de altura cuyo cuerpo totalmente construido de cortos bordes de ladrillos forma la mitad de un óvalo que, con cinco metros, sobresale del techo, la cual únicamente tiene cuatro ventanas, ubicadas en  el lado este.