Torrijos vive

Torrijos vive

“El sueño de Torrijos como habría de averiguar en los años siguientes, era una Centroamérica socialdemócrata que, sin implicar una amenaza para los Estados Unidos, fuera totalmente independiente, No obstante, cuando más se acercaba a ese objetivo, más cerca estaba también de la muerte”.

Graham Greene, en “Descubriendo al general”, página 33, grandes biografías, Plaza & Janes 1985.

El 31 de julio último se cumplieron 27 años del trágico accidente de aviación que costó la vida del general Omar Torrijos Herrera, hombre fuerte de Panamá, jefe de la entonces decisiva Guardia Nacional, cuando su avioneta se precipitó a tierra cerca del cerro Santa Marta, en Coclesito, provincia de Penonomé.

Pero a 27 años de distancia, en la concepción de millares de sus paisanos, y allende a las fronteras panameñas, el general Omar Torrijos vive, desde que Panamá perdió  su hombre público más insigne y los irredentos del Tercer Mundo a un campeón de su causa.

Con la desaparición del general Torrijos, los sueños del Congreso Anfictiónico de Panamá que presidió y organizó el libertador Simón Bolívar en Ciudad de Panamá en 1826, en el cual el libertador de Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia esbozó un proyecto unificador de las repúblicas latinoamericanas, se difuminaron en pavesas.

Bolívar se anticipaba 39 años a las guerra de Secesión de 1865 entre los ejércitos de la Unión y los Confederados que abolió la esclavitud, no la segregación, en los Estados Unidos, y 72 años antes de que en 1898, los Estados Unidos se apropiaran por la fuerza, con los ímpetus de la diplomacia del gran garrote, de Puerto Rico y provocaron la explosión y hundimiento del crucero Maine, surto en el puerto de La Habana, para justificar la intervención en Cuba y desatar la guerra hispanoamericana, y lo que se sospecha repitieron 47 años después en Pearl Harbor, bien tempranito el 7 de diciembre de 1941.

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