La tortilla es sin dudas, parte importante de la gastronomía mexicana.
Y, aunque se tiene la percepción que sólo existen dos versiones de éstas- de trigo y maíz- lo cierto es que los mexicanos cuentan con una gran diversidad de tortillas que varían no solo de sabor y color, sino que también es posible disfrutarlas en otras texturas. Suaves, duras, crujientes… son algunas de las opciones a la hora de complacer el paladar con este alimento.
A continuación un repaso por algunas tortillas.

Tortilla de harina de trigo
Son las preferidas en los estados del norte de México. Forman parte fundamental de ciertas recetas mexicanas como los tacos, quesadillas, fajitas, enchiladas, entre otras. Tienen forma chatas y finas.

Tortillas ceremoniales
Antiguamente se reservaban para los pobladores más importantes de la cultura otomí. Están hechas a base de maíz, pero se les coloca un sello de tinta vegetal para diferenciarlas.

Tortillas azules
Tienen menos almidón y 20% más proteínas que las de maíz blanco. Son elaboradas con maíz azul, lo que le da un sabor diferente y un poco más fuerte.

Tortillas de nopal
Estas tortillas surgieron como alternativa a las de maíz, ya que tienen menos calorías y más fibra. Están elaboradas a base de maíz al que se le agregan nopales frescos.

Crujientes
En México, la tostada es una tortilla dorada de consistencia crujiente y de textura áspera. Se suelen freír para lograr la consistencia o bien meterlas al horno, para hacerlas un poco más saludables.

De maíz
Se consumen principalmente en el centro y sur de México. Se pueden freír y consumir, como: tostada, totopo, chilaquiles y tacos dorados. Además pueden ser consumidas por personas celiacas o intolerantes al gluten.

Tortillas duras
Son ideales para hacer sopa de tortillas. También se pueden aprovechar estas tortillas duras como totopos o tostadas para consumirlas en chilaquiles.