Totó no tuvo que desnudarse para triunfar

Totó no tuvo que desnudarse para triunfar

SANTIAGO. Bautizada como  Sonia Bazanta Vides  en Talaigua, Nuevo, Bolívar,  el 15 de enero de 1948, se convirtió en Totó la Momposina, conservando genio y corazón y  ganado popularidad en el arte.

Hoy, a  sus 65 años, la colombiana Totó  la Momposina es dueña de una versatilidad y un carisma envidiable.  Tiene un montón de metas en su calendario musical, sigue siendo  la reina de la cumbia, el porro y el  mapalé. Y, como   aseguró en un conversatorio en el transcurso de una tertulia en la celebración del V Congreso de Música e Identidad del Caribe en el Centro León, no tuvo que desnudarse para triunfar.

Dijo que le  propusieron muchas formas para ser  famosa.  Le ofrecieron cantar  boleros en Francia, saber de medicina  en Alemania y en España le dijeron que si se  ponía un vestido bien ceñido  al cuerpo iba a llamar más la atención  de  los jóvenes e iba a vender más.

“El empresario que me contrató, al verme con mi vestido tradicional  me dijo: “Tienes que ponerte un vestido ceñido al cuerpo, porque así  tú no vendes y  no podemos trabajar”. Bueno, le dije, si yo no vendo así, pues agarro mis cosas y me voy. Si a usted no le interesa mi show me voy, y ya.   Y me fui”, explicó.

Totó la Momposina  contó que cuando inició su  carrera, ese respeto que siempre le impregnó a la música que cantaba fue lo que  hizo que triunfara. Indicó que    hoy sigue siendo tan autóctona como sus ancestros pero un poco más educada en la música y más consciente de lo que hace.

 La hija de un humilde zapatero de Magangué  también explicó que cuando uno viene de mucha violencia, como la que ocurría a menudo en su país,  tiene que sobreponerse  y  tener coraje para que las circunstancias  no lo lleven a odiar a los seres humanos.

“Por el contrario, eso me hizo fuerte  y cuando uno viene de una familia de artistas con un comportamiento  extremo de seriedad es mucho más fuerte el compromiso.  Mi familia me enseñó a base de muchos palos, a bailar la música danzaria de mi país  y de mi región. La música de indios.  Mis padres decían que cuando uno no puede bailar su música no tiene derecho a cantar”, argumentó.

Indicó que todo está supeditado a la disciplina y   que  recuerda a su abuelo, quien   se paraba en la sala de su casa y le decía: “Eso no se canta así. ¡Párese derecha!”.

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