Toxicología forense dominicana

Toxicología forense dominicana

Viajar en el tiempo hacia el pretérito es una bella experiencia si uno logra revivir momentos agradables del ayer. Precisamente fue regresando la memoria  a mediados de 1974 que la figura del Dr. Sidney Kaye vino a mi mente ubicándolo en la Escuela de Medicina de la Universidad de Río Piedras. Aquel hombre sabio y generoso  hizo de la toxicología forense un sacerdocio.

Daba gusto conversar con el maestro investigador sobre medicamentos y venenos. En nuestro primer encuentro se motivó cuando le dije que era dominicano pues entendía que el país necesitaba de recursos humanos en el área toxicológica. Había visitado la República Dominicana en la década de los sesenta, a raíz de una serie de muertes raras acontecidas en unos campos arroceros de San Francisco de Macorís.

Niños y adultos aparecían muertos súbitamente con la boca y la nariz llenas de una espuma rosada. Con su vasta experiencia dedujo que se trataba de edema agudo de pulmón. Lo asoció a una causa común y preguntó  si fumigaban los terrenos durante el periodo de cultivo del arroz. Le informaron que una avioneta regaba pesticidas en la zona.

Cuando llovía las aguas arrastraban el veneno hasta el río que era donde se bañaba la gente y también era la fuente de agua para cocinar y tomar en los hogares. Con dicha información se dispuso a realizar pruebas para identificar organofosforados, encontrando Parathion y Malathion en las víctimas. Me contaba el perito amigo que los lugareños  tenían la falsa creencia de que los fallecimientos eran el producto de un misterioso mal que un brujo había lanzado en dicho lugar.

Cincuenta años después de semejante tragedia la nación dominicana sigue sin los recursos humanos y tecnológicos para dar una respuesta rápida, oportuna y eficaz para los casos de muertes químicas que se suceden en todo el territorio nacional. ¿Estamos entrenando el personal y contamos con el equipamiento y los reactivos para manejar correctamente las intoxicaciones y envenenamiento en niños y adultos?

La contesta es negativa. Al país se le engaña con mentiras. No es cierto que a la altura del año 2011 la República Dominicana pueda llevar a cabo las pruebas de laboratorio toxicológico que ya para 1961 eran análisis de rutina en San Juan de Puerto Rico. El desarrollo de la toxicología forense dominicana está todavía en estado embrionario.

Ni siquiera hemos alcanzado el estado fetal, ni mucho menos la niñez.

Algún día nacerá por necesidad el análisis toxicológico de rutina en hospitales y clínicas. El uso y abuso frecuente de drogas en jóvenes y el exceso de medicamentos con sus reacciones adversas obligarán a la realización de pruebas diagnósticas para tratar certeramente estas emergencias.

Mientras tanto, que Dios nos proteja de los malos espíritus de la ignorancia que el Dr. Sidney Kaye notó hace ya medio siglo.

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