Tóxicos ambientales

Tóxicos ambientales

SERGIO SARITA VALDEZ
La industrialización induce el urbanismo a través de la necesidad que tiene el personal fabril de vivir a una distancia razonable de los centros de trabajo. Esto acarrea ventajas al tiempo que se generan peligros potenciales. Lugares tan comunes como las lavanderías pueden representar trampas mortales para quienes trabajan en ellas si utilizzan durante el lavado en seco el solvente denominado tetracloruro de carbono. Dicho producto químico es un tóxico celular que conlleva severo daño hepático, renal y cardíaco.

Gracias al hígado, órgano responsable de la desintoxicación de la mayoría de los compuestos ingeridos, muchas personas han logrado sobrevivir a situaciones críticas cercanas a la muerte. De no contarse con esa enorme maquinaria anatómica, estructurada para el procesamiento de tóxicos tan comunes como el alcohol, es probable que una persona no alcanzaría a contar su primera experiencia de borrachera. Sin embargo, la tragedia aparece cuando la imprudencia se acompaña de ignorancia y se sobrepasa la capacidad catabólica de los hepatocitos ingiriendo etanol en una cantidad y a una velocidad que exceda el ritmo de labor del hígado, tal cual sucedió con unos mozalbetes que tomaban tequila en una competencia de tragos.

Los desechos gaseosos y líquidos inadecuadamente liberados al aire y al suelo son capaces de provocar un masivo envenenamiento. Los plaguicidas, insecticidas, fungicidas, repelentes y abonos utilizados en la agricultura mecanizada son responsables de muertes de trabajadores del campo así como de sus familiares. La contaminación de ríos y lagunas pueden envenenar a las especies acuáticas y éstas a su vez afectar a los humanos que las ingieran como alimento.

El caso de los escolares de Nagua que, de conjunto, en un mismo recinto, y de manera repentina, desarrollaron un cuadro sintomático de inhalación de gases venenosos, debe movernos a la reflexión. Es imprescindible asegurarse que antes de fumigar un área se toman las medidas preventivas de lugar para evitar que tanto los individuos que aplican el productos como las personas expuestas sean protegidas adecuadamente.

Cuando se inicia un fuego en un sitio cerrado lo primero es evacuar a todo el que se encuentre dentro del lugar. A seguidas deben abrirse todas las puertas y ventanas con el propósito de evitar que se concentre el monóxido de carbono, gas altamente venenoso que aparece como un derivado de la combustión incompleta de los compuestos carbonados. Este agente es responsable directo de la muerte de las víctimas fatales por llamas. Esa sustancia gaseosa se libera de la cámara de combustión de los miles de vehículos que mantienen sus motores encendidos durante las horas pico del tráfico capitalino. Enfermos cardíacos y pulmonares tienen un riesgo aumentado de entrar en una falla cardiopulmonar mortal. Los fumadores en cadena pueden tener niveles de monóxido de carbono por encima de un 10%. Recordemos que un 30% es usualmente fatal en personas sanas y que niveles menores pueden resultar letales en pacientes coronarios o enfisematosos.

En la época moderna tanto la calle como la fábrica son una fuente potencial de intoxicación masiva. En las escuelas deben educar a nuestros niños acerca de la necesidad de garantizar la pureza de nuestra atmósfera, aguas y alimentos. El presente y el futuro de la humanidad dependen del compromiso colectivo en pro de un ambiente limpio y confiablemente sano.

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