Los Mercedarios Descalzos han hecho importantes aportes en los campos pastoral, sanitario, educativo y social del país, especialmente en Villa Faro del municipio Santo Domingo Este.
Esta congregación sigue fielmente la mística que le dio origen cuando, en agosto del año 1218, la Virgen de las Mercedes le da a San Pedro Nolasco el carisma de redención a los cautivos pidiéndole hasta dar su vida por ellos si es necesario.
Hoy, acorde con las demandas de los tiempos, su misión se extiende también hacia otras ataduras que afectan a los humanos en los planos espiritual y material.
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La orden llegó al país en el año 1982 y su trabajo lo ha realizado en varias direcciones: En el ámbito de la espiritualidad tiene a su cargo las parroquias San Simón Apóstol de Villa Faro donde tiene su sede cuyo párroco es el padre Fray Roberto Peña Beato quien es también el superior de la comunidad; La Epifanía del Señor en Villa Carmen con el sacerdote Wadner Familia a la cabeza y Nuestra Señora de las Mercedes, en La Esperanza, a cargo del padre Sajeev John Eraly.
También opera el centro médico Nuestra Señora de las Mercedes en Mandinga, dándoles servicios de diagnóstico y de prevención de enfermedades a esta empobrecida zona del sector oriental de Santo Domingo.
A través del colegio Tirso de Molina millares de niños y jóvenes se han beneficiado con el pan de la educación durante más de 40 años.
Esta congregación religiosa también tiene la dirección de la Pastoral Penitenciaria que trabaja con los privados de libertad de las 10 cárceles que pertenecen a la arquidiócesis de Santo Domingo.
La obra maestra es el centro nutricional Padre Clemente que proporciona almuerzo, útiles escolares y medicamentos, en casos necesarios, a más de 70 niños necesitados de la comunidad y, en ocasiones, a sus familiares.
Ese programa asistencial honra al extinto párroco Clemente Furones quien murió accidentalmente en diciembre del año 2010.
Recién ordenado como sacerdote, en enero del 2011, Fray Roberto Peña Beato fue designado párroco de San Simón Apóstol. En la actualidad también dirige el colegio Tirso de Molina y el centro médico Nuestra Señora de las Mercedes.
Él ha realizado un trabajo dinámico a nivel pastoral que ha permitido un crecimiento de la feligresía; actualmente San Simón Apóstol es una parroquia activa en la administración de los sacramentos y cuenta con más de 20 grupos y movimientos diferentes.
Su dinámica de trabajo
El padre Robert, como cariñosamente se le llama, siempre está emprendiendo nuevas iniciativas para beneficio de la comunidad tanto parroquial como de Villa Faro y sus zonas aledañas.
En ese sentido, es notoria la ampliación y readecuación de la planta física del colegio y de la parroquia que ha sido reformada en más de un 80 % y, aun así, todavía, en muchas ocasiones, resulta pequeña para la cantidad de fieles que congrega en las celebraciones. Ha puesto énfasis en el embellecimiento de los jardines del entorno del área ya que es un amante de la naturaleza.
Lo más reciente son las remodelaciones del colegio y la del altar de la parroquia; la compra de sillas más confortables para los fieles más vulnerables y la adquisición de ocho unidades de acondicionadores de aire. Tiene pendiente el cambio de todos los bancos porque no son cómodos.
Comenta satisfecho que no cuenta con el apoyo de los políticos, sino que esas obras han sido con “el sudor y el esfuerzo del sacerdote y de su pueblo”.
Y en efecto, la feligresía siempre se suma entusiasta a las actividades pro recaudación de fondos como excursiones, presentaciones artísticas, rifas, kermeses y otras.
El consumo energético: el talón de Aquiles
La tarifa energética siempre ha sido cara, pero ahora, con la instalación y funcionamiento de los aires acondicionados que operan con la planta eléctrica, se ha convertido en su talón de Aquiles debido al alto consumo de combustible.
En ese sentido, está recurriendo a la buena voluntad de los feligreses y de personas o instituciones que quieran colaborar porque en estos tiempos de tan sofocante calor esas unidades son imprescindibles para permanecer dentro del templo.
Desafíos actuales
El padre Robert confiesa que después de la pandemia ha tenido muchos desafíos para mantener una comunidad unida y activa, atraer a los jóvenes y niños a los pies del Señor pues, dice: “ellos son el presente y el futuro de la iglesia y la sociedad”.
“Los padres Mercedarios Descalzos en República Dominicana han realizado un trabajo discreto y en silencio que será recompensado por el Señor en público en el Reino de los Cielos”, expresa.
Le preocupa el futuro y en ese sentido expresa que “solo nos queda orar al dueño de la mies que envíe buenos y dignos pastores para que estás obras realizadas a nombre de la Iglesia y de la Orden de la Merced Descalzas permanezcan en el tiempo y espacio”.