NUEVA YORK. Las dificultades para sobrevivir en una ciudad como esta para las dominicanas son muchas, partiendo de varios factores esenciales como son el idioma, las barreras raciales y de un sexismo presente en casi todos los estamentos de la sociedad norteamericana.
Sobrepasar no solo el entorno de ese muro, sino enfrentar la realidad de que son inmigrantes, parte de una sociedad nueva, su color de piel y su condición de mujer, es asunto de heroínas.
Ahí tienes cuatro elementos que tenemos que sobrepasar para lograr destacarnos. Una consideración patética, pero realista expresada por Ramona Hernández, directora del Instituto de Estudios Dominicanos del City College de la urbe, apéndice de la prestigiosa universidad municipal del Estado.
Agrega con un gesto de satisfacción que el trabajo es largo, pero ahí están parte de sus frutos, un legado de miles de mujeres representadas en 27 escogidas al azar con presencia en diferentes carreras y dignos oficios.
Todas nativas de diversas comunidades de República Dominicana, como Clara Peña, de Guayubín, con 26 años como residente y conductora de taxis en la ciudad; o Nidia Rivera Henríquez, pionera en la venta de habichuelas con dulce, uno de los manjares más degustado por los dominicanos, y que levantó a una familia, además de enviar remesas al país producto de sus ventas.
Y qué decir de Faviola Soto, abogada nativa de la ciudad, hija de padres dominicanos que emigraron a finales de los 40. Es la primera jueza de origen dominicano en ocupar una posición en una de las cortes en este Estado.
LAS CLAVES
1. Idioma
El 98% de los dominicanos nacidos en Estados Unidos habla español, lo que asegura que no han abandonado sus orígenes.
2. Cifra récord
Treinta y cinco mil estudiantes se han graduado desde los años 70 en la Universidad Municipal del Estado de Nueva York (The City College of New York). En los 23 se puede encontrar una Asociación de Estudiantes Dominicanos que muestra su identidad.
La mujer es mayoría
En Nueva York
Más de una de cada dos personas de origen dominicano es mujer y son éstas las que han creado las organizaciones comunales, las primeras cabezas de los primeros desfiles y las que se sientan en las asociaciones de padres que a juicio de la educadora debería llamarse de madres de familia. Entre estas heroínas de la vida no se puede obviar a Josefina Báez, de La Romana, actriz y escritora.