Trabajar para ¡cambiar el rumbo!

Trabajar para ¡cambiar el rumbo!

«Piquete de productores (frente al Jaragua) contra TLC con EE.UU.» «El TLC puede quitar la comida a los dominicanos». «La Asociación de Industrias propone que la entrada en vigencia del TLC se posponga para el 2007». Lo mismo dice la industria farmacéutica y muchos otros sectores. «Doce organizaciones de productores del sector agropecuario se presentaron (frente al Hotel Jaragua) para rechazar las negociaciones del TLC». Todo el sector arrocero, que genera 300,000 empleos director y 200,000 indirecto, plantea: «¡Que el producto arroz sea excluido de las negociaciones bilaterales (TLC) que se llevan a cabo en los actuales momentos, dado la alta sensibilidad de este producto en la economía dominicana!». Otra noticia dice: «Pánico en el agro por posibles efectos del TLC: el Gobierno desoye la petición de los sectores agropecuarios e industrial, que buscan de manera desesperada que la firma del convenio se posponga para el 2007». «El país no está preparado para TLC con Estados Unidos», dice ANJE.

Desde que se anunció la decisión gubernamental y de USA de discutir el TLC «al vapor», en «tres meses» (enero-abril 2004), una parte fundamental de los sectores productivos nacionales han venido manifestando su preocupación, exigiendo que se les de cabida en las negociaciones y proponiendo distintas fórmulas.

En este país, donde los sucesivos gobiernos, que funcionan sin planes, y donde el «enllavismo» ha terminado siendo parte de la «estrategia» de los productores nacionales, el hecho de que una parte de estos, representando decenas de sectores, organicen un piquete y una oposición, como sector, a la decisión imperial de: «abrir mercados, país por país, al margen de la OMC» (Zoellick), es un hecho en extremo significativo.

Si estos actos de protesta fueran complementados por un análisis acerca de la forma como el sector productivo nacional, junto a las clases medias y los sectores populares, han venido siendo sacrificios en la hoguera de un modelo que sacrifica al pueblo y los sectores productivos nacionales, a favor de los sectores financiero, intermediario y de industriales extranjerizantes, y del capital extranjero; repito, si estos actos de protesta fueran completamentados con una explicación detallada, sector por sector, acerca de la forma como se produce este robo colosal contra las grandes mayorías del país, entonces, en esta coyuntura de crisis, podrían ir apareciendo grandes ejes comunes entre los sectores populares las clase medias y los productores nacionales. Y podemos empezar a soñar con lograr afinar la puntería en una forma tan certera, que la nación dominicana, en la persona de esos tres sectores, que son las columnas de la soberanía, empezará a construir una alternativa, o una propuesta alternativa.

Pero las distintas generaciones políticas progresistas que inciden y accidentan la vida política del país no entienden todavía absolutamente nada acerca de los caminos que pudieran conducir a construir esa alternativa o referente, y entonces: ¡la gran tragedia!: Huelgas (que son una gran válvula de escape del vapor acumulado en la caldera del país), hasta de 48 horas, con consignas que no tocan ni con «el pétalo de una rosa» al modelo que nos han impuesto, modelo que impone la forma absurda como se distribuye la Renta Nacional; declaraciones infantiles, adornas con discursos tremendistas, que en nada orientan al verdadero movimiento popular ni a las clases medias. Promoción de una caterva de ventajistas, que se han pasado la vida haciendo «huelgas» de este tipo, a todos los gobiernos, sin que la Nación haya podido, hasta el momento, construir una alternativa.

¡Por dios!: Las señales están cada vez más claras. Cada vez se hace más evidente que la más grave de las crisis que padecemos es la «crisis de alternativas», y cada vez se hacen más claras las señales de que se están creado las condiciones para construir esa alternativa: El descontento popular, la desesperación de las clases medias y las últimas manifestaciones de los productores nacionales son señales claras de que: ¡Es posible!.

¡Pero es imposible avanzar hacia la construcción de una Alternativa por los caminos que seguimos trillando, machaconamente! ¿Es como si tropezar y tropezar no nos enseñara nada!

Mientras tanto: ¡Persistir en la resistencia al TLC ¡No confiar en las negociaciones secretas al vapor, con una prepotente delegación de USA, cuya jefa nos dice: ¡»El libre comercio es beneficioso para el país!», mientras nuestra ministro y los negociadores (algunos prestados por los propios EE.UU.) asienten con la cabeza en forma sumisa.

Y si EE.UU. logra doblar la cerviz a la delegación dominicana, entonces a prepararse por la batalla en el congreso. Y que en esa batalla, los productores nacionales no estén solos. Las clases medias y los sectores populares tienen tantas razones como ellos para oponerse al dichoso TLC.

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