Dos son los aspectos que la población reclama a gritos para 2017: mayor y mejor seguridad pública, y más fuentes de trabajo.
Manuel Colón, de 46 años, ha sido víctima de la delincuencia. Según cuenta, unos delincuentes montados en un motor lo encañonaron y lo despojaron de 500 pesos y un celular.
No perdió más porque, a las 6: 00 de la mañana, cuando ocurrió el hecho, no iba en el carro que usa para conchar.
El atraco ocurrió hace dos semanas en el barrio Salomé Ureña, de Villa Mella.
Colón no es el único que se siente inseguro. En efecto, doña Virginia López percibe un deterioro de los valores familiares, acompañados de una grave crisis moral.
Por eso anhela más respeto y armonía en la familia dominicana. Su clamor es un ruego dirigido a las autoridades.
A sus 24 años, Andreína Pichardo González espera conseguir un empleo que le permita mejorar sus condiciones de vida.
“Deseo que este nuevo año haya mucha salud y felicidad, y que todas las cosas malas que sucedieron en el 2016, este año mejoren”, expresa.
Su anhelo es compartido también por Christopher Pérez, un joven de 19 años residente en Los Girasoles, de la Capital.
Todo lo que quiere es obtener un buen trabajo y concluir el bachillerato.
Las aspiraciones de Rafael Encarnación son otras: sus expectativas van de un mejor empleo a un negocio particular.
Tiene 54 años y labora en un control de carros públicos, en Santo Domingo Norte.
“Ya mi edad es avanzada y yo tengo un propósito para el 2017: ponerme a negociar”, externa.
Encarnación piensa en un puesto de tenis o de ropas; el fin es incrementar sus ingresos.
Otro que desea una mejor ocupación es Carlos Manuel Romero. Labora en la recogida de basura, en La Nueva Barquita. Sus ingresos, comenta, apenas le permiten vivir.
Doña Indiana Sorí Santana espera que el país progrese. Aunque recibe el año en San Pedro de Macorís, junto a su familia, desea que la ciudadanía alcance metas de desarrollo.
En tanto, Emilia Cuevas alberga las mismas expectativas. Así pues, quiere más empleos para que la gente no se vea en la necesidad de delinquir.
Natalia Díaz, por su parte, espera ser repuesta en su trabajo como agente de limpieza, tras ser echada de la Fundación Escoba, en Capotillo.
Según ella, un encargado de la empresa la canceló junto a ocho personas más, porque supuestamente aparecen en un vídeo en actitud de huelga.
Intuye que ese vídeo fue el pretexto para despedirla, pues no había razón alguna para ser cancelada.
“Dizque salimos en el vídeo, pero es mentira. Nosotros no sabíamos de la huelga, porque a una persona la querían sacar de un apartamento, y algunos estaban haciendo huelga para evitarlo”, explica.
Así también, Durán Reynoso es un joven que alberga la esperanza de “mejorar económicamente”.
Para Fernando Ferreiras, el 2016 fue “horrible”. Lo golpeó tanto que tuvo que empeñar electrodomésticos (abanico, televisor). Solo quiere que sus penurias se vayan con el año.
Año difícil para muchos, el 2016 se despide dejando en la gente una sensación de mayor inseguridad y desamparo, que esperan no contionue en 2017.