POR SEGUNDO ANTONIO VASQUEZ
En la casa número 154 de la calle Isabel La Católica aparece un par de tragaluces cuya confección en cada uno es ingeniosa al tener el adorno labrado más precioso de la urbe.

Está construido en el hueco de una ancha curva formada con material de yeso, en cuyo inicio central se aprecia una plaquita de hierro configurando una estrella, de la cual parten varias barras del mismo metal que se abren en todos lados, formando un abanico, las cuales rematan lateralmente con curvas enroscadas, que en el medio tienen una barra de triples dobleces. También tiene un adorno bello en el borde de alrededor que es un ribete formado por una moldura retorcida.

 Asimismo, en los lados aparecen siete rosetas cuyos pétalos en el centro tienen sacados. Más arriba se aprecia otra gruesa moldura doble que curvadamente lo bordea y ya en la parte abajo del cimiento horizontalmente se observan otras cinco rosetas pequeñas de ocho pétalos.

De la misma manera, en la calle Arzobispo Meriño, esquina Emiliano Tejera se encuentra el edificio que perteneció a Balbino Fernández, el cual también presenta en el alto de todas las puertas un adornado tragaluz.

Este lo abarca una gruesa moldura de yeso que, partiendo curvadamente de los laterales en la cima forma una onda que en los lados tiene la ornamentación de otras molduras moldeando ahuecadamente dos ramas con hojas que cuelgan.

Estas se inician en el alto central desde donde el rameado presenta dos líneas de molduras que tienen curvas laterales, en cuyo medio se eleva una gruesa, que remata formando en todos lados cuatro óvalos.

Este bordeado ornamentado en su interior encierra cuatro gruesas barras de hierro retorcidas, que incrustadas en la pared detrás se adhieren a otras que surgen del inicio central en grupos de ocho cuyos terminales en todos lados están enroscados.

También, la casa número 8 de la calle José Reyes, donde está instalado El Museo de la Porcelana, posee una fachada que lateralmente presenta dos ventanales mahometanos, cuya parte superior de cada uno tiene un tragaluz introducido en una curvatura, el cual encierra un calado construido de finas barras de hierro formando varios redondeles con vidrios coloreados.

Su alrededor lo bordea una gruesa moldura de concreto en forma rectangular cuyos cimientos laterales doblando invertidos hacia adentro suben de forma arqueada, uniéndose cada uno abajo con la parte arriba de una columna.

En la casa número 6 de la misma calle, la pared frontal tiene seis tragaluces del Art-Deco, los cuales son distintos y están separados con paredes. Tres formados por un grupo de gruesos bloques encajonados de vidrio unidos unos con otros y tres en huecos verticales que tienen persianas de vidrio.

 Delante tienen un extenso hueco formado por cortas paredes de molduras en cuyo borde aparecen tres placas de metal color negro que encierran una jardinera con flores.

En la calle Espaillat, esquina El Conde, hay una casa con cuatro tragaluces diferentes. Uno redondo con barrotes de hierro formando curvas que rematan enroscadas; dos en un rombo con barras formando una roseta y uno cuadrado de cuyos lados brotan varillas formando lo mismo que el redondo.

Asimismo, en la calle Santomé al lado del otrora templo de San Lázaro, aparece el edificio colonial donde está instalada la Orientación para la Joven, que tiene tres tragaluces curiosos incrustados en la pared frontal.

Uno que se encuentra a la derecha formado en el hueco de una base rectangular con cortas molduras unidas lateralmente a otras que moldean dos rectángulos, y en el lateral izquierdo aparecen dos que tienen cuatro molduras redondas montadas en un hueco vertical.