Tragaluces, vitrales y claraboyas citadinos

Tragaluces, vitrales y claraboyas citadinos

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
La capital cuenta con edificaciones que tienen claraboyas, tragaluces y vitrales, estos últimos con formas y un acoplamiento de color que dejan pasar una preciosa luz.

  En la Catedral Primada de América, el altar mayor presenta un vitral colocado en un espacio formado por triples huecos unidos: dos abajo, verticales, y uno arriba, redondo con bordes estriados, que encierran diferentes cristales de color azul, amarillo y verde, entre los cuales hay algunos formando detalles cuadrilobulados de triples óvalos y trilobulados, que aportan una belleza iluminada debido a que tiene  incorporados óxidos metálicos que traspasan la luz.

En cambio, abajo en cada uno de los laterales aparece un vitral de colores iguales, pero más estrechos, colocados en una abertura de piedra como si fuera una aspillera. La superficie interna superior de la izquierda presenta cinco nervaduras radiales que al terminar lateralmente se abren.

En la calle El Conde esquina José Reyes, donde está el edificio Saviñón, cada uno de sus laterales posee la más grande cantidad de tragaluces existentes en un inmueble.

Allí, las paredes presentan una hilera de estrechos cuerpos de concreto que paralelamente las cavidades que dejan tienen incrustada una gran cantidad de cristales color azul añil, uno debajo del otro, montados de forma inclinada. La luz que los traspasa proyecta ese destello colorido al estar colocada en dicha posición. 

En la calle Doctor Delgado esquina Moisés García está ubicada una casa de galerías con columnas de troncos y ramas que  para el lateral este presenta una pared con tres curiosas claraboyas que presentan un marco con gruesas molduras que las bordean, las cuales centralmente  cierran varias barras horizontales, únicas formadas así en toda la capital.

En la calle Isabel La Católica número 301 hay una casa colonial de cuatro puertas, donde la del medio, más amplia, no tiene marcos laterales. La  abertura de cada una presenta una superficie sobresaliente en una pared de piedra cubierta de mampostería, desde donde surge, en la parte de arriba, un alto arco de medio punto totalmente construido de ladrillos montados verticalmente, cuyo centro encierra finas barras de metal que se abren como un abanico, el cual sirve de tragaluz.

El frente de  la casa de un nivel situada en la calle José Gabriel García número 116, tiene una galería con marquesina cubierta de tejas, cuya pared lateral este  presenta el tragaluz redondo más grande de todo el sector al tener circularmente un metro de ancho y un grueso bordeado.

  Así mismo, en la calle Arzobispo Portes número 63 hay una residencia antigua con una lindísima galería que tiene tres curiosas claraboyas en el alto de la pared frontal.

  Éstas se abren en un fondo de un cuarto de metro de profundidad con un bordeado de triples molduras circulares que le da un aspecto singular a la vivienda.

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