¡Tráiganme a Generoso!

¡Tráiganme a Generoso!

En la historia de las finanzas públicas de la República Dominicana, los asesores que en materia de la deuda pública interna y manejo de presupuesto han girado alrededor de los gobiernos, desde el inicio de la República en 1844 han jugado un papel fundamental y durante la Era del hombre fuerte de San Cristóbal, Trujillo, se hizo muy socorrida la expresión, «¡tráiganme a Generoso!», cada vez que los ingresos del gobierno se contraían o que el gasto público se disparaba.[tend]

La frase se le atribuía a Trujillo, porque independientemente de los asesores económicos que tuvo el régimen de los 31 años (1930 1961), durante ese período al igual que en todos los gobiernos anteriores, cada vez que el gobierno tenía un constreñimiento presupuestario, el hombre fuerte de San Cristóbal, no llamaba a asesores económicos, si no que ordenaba «¡tráiganme a Generoso!»

Se refería, dentro del aparato del Estado, al Lic. Generoso Núñez Rodríguez, uno de los hombres que dentro de la administración pública era reconocido como un verdadero experto en asuntos presupuestarios y de ahí que en cada coyuntura económica del país, en que se apretaban los ingresos fiscales del Gobierno central, éste era llamado a consultas para plantear posibles soluciones. Fue el Lic. Núñez Rodríguez, el que después de la «Misión Dawes» en 1929, comenzó a implantar el sistema de contabilidad gubernamental. Fue contador de la Auditoría Nacional (1921 23), Jefe de Contabilidad de la Tesorería Nacional (1923 1929), Director General de Presupuesto (1937 1942), habiendo desempeñado numerosos cargos públicos.

Cuando alguien, viendo la confianza y reputación de que gozaba el Sr. Generoso Núñez Rodríguez, dentro del aparato del Estado, le preguntara alguna vez a Trujillo, según se decía, porqué confiaba tanto para equilibrar las finanzas públicas del gobierno, en las opiniones y recomendaciones de Generoso, éste habría respondido, que el mismo le había hecho entender, que tanto las finanzas públicas como privadas, se resumían a «ingresos, egresos y utilidades», según se afirmaba en ese entonces y el dictador, aplicaba esa premisa de una manera compulsiva, hasta el momento en que la Feria de la Paz en 1955, desequilibró las finanzas públicas de ese período.

Cuando se mira restropectivamente hacia los orígenes de la República en 1844, se tiene que recordar, que ya en el mensaje del Poder Ejecutivo al Congreso Nacional en 1847, éste declaraba que «el gobierno dominicano principió su administración exhausto de medios, sin más elementos que el patriotismo de sus ciudadanos» y que aunque la deuda pública del Estado dominicano, durante los primeros 25 años fue deuda pública interna, el desequilibrio de las finanzas públicas, aparece como una constante de nuestra historia y que las turbulencias provocadas por las emisiones de los que se denominaron, billetes dominicanos, ya en 1847 por un monto de 2,780.702 sufrieron una depreciación, calificada en ese entonces de «escandalosa» de un 90 por ciento, provocando la presentación de un proyecto de ley de reforma monetaria. Apenas dos años después del nacimiento de la República, se hablaba de que la pérdida de valor del papel moneda que circulaba había generado una crisis económica.

Por eso hay que recordar y honrar hombres que como el Sr. Generoso Núñez Rodríguez lucharon dentro del aparato del Estado por equilibrar las finanzas públicas, enfrentando los déficits del sector público aún a costa de amarguras y presiones y no olvidar su ejemplo. Su carrera en el sector público se extendió hasta 1962.

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