Trampas

Trampas

El caso de las jóvenes Rosmery Bueno y Natasha Espinosa, que sufrieron lesiones al escapar como Dios las ayudó de un apartamento en llamas ubicado en el tercer piso de un edificio, pone sobre el tapete un asunto que muchas autoridades rehuyen, pero que es una realidad, un potencial peligro que alguna vez podría costar muchas vidas.

El tema ha servido para que el jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, coronel Oscar Guillermo García, expusiera datos alarmantes sobre la falta de seguridad de los edificios de esta ciudad, y deducimos que también de otras, cuando de facilidades de evacuación se trata.

El 90% de los edificios de la ciudad -ha dicho este oficial- carece de escaleras de escape para situaciones de emergencia.

Un incendio en pisos intermedios de cualquiera de las estructuras con esta deficiencia expone a serios riesgos a las personas de los niveles ubicados sobre el origen del siniestro, y mientras mayor la altura, mayor el peligro.

No es la primera vez que alguien expone la gravedad de estas deficiencias estructurales, que si bien pueden ser el resultado de violaciones por parte de los constructores, también son responsabilidad de las autoridades que deben vigilar por el respeto de las normas de construcción, si es que las hay para la materia que nos ocupa.

-II-

Hace poco se expuso el hecho de que las torres que emplean el primer nivel como estacionamiento soportado por columnas son una trampa mortal en situaciones de sismos, pues los soportes no pueden contener todo el peso de la edificación y ésta colapsa irremediablemente ante cualquier temblor de considerable intensidad.

En ese caso, o las normas de construcción permitían esa modalidad, o las autoridades no ejercieron su papel de supervisar el cumplimiento de las reglas.

El caso es que ahí tenemos muchas edificaciones multipisos con estacionamiento en el primer nivel soportado únicamente por columnas, y a nadie se le ha ocurrido hacer nada para que, en aras de la prevención y la seguridad, esos estacionamientos sean soportados por muros.

Esa situación y la que se refiere a las escaleras de evacuación para casos de emergencia forman parte del mismo paquete de descuido e incumplimiento de reglas que se ha hecho hábito en este país.

-III-

La falta de escaleras de escape en edificaciones multipisos se suma a la violación de reglas que disponen la instalación de equipos contra incendios a partir de determinado nivel.

En muchos edificios no solo faltan las escaleras de evacuación, sino que tampoco existen las tomas de agua y dispositivos de bombeo.

Sumemos a estas omisiones las limitaciones que en materia de equipos generalmente padecen nuestros cuerpos de bomberos y nos daremos cuentas que en nuestras principales ciudades abundan las trampas mortales.

En estos días se ha producido el caso de dos jóvenes que, gracias a Dios, salvaron sus vidas por los medios que tuvieron a la mano. Sufrieron lesiones que hoy no les atormentarían si el edificio del que debieron huir hubiese tenido escaleras de emergencia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas