Transformación vial de Santiago

Transformación vial de Santiago

Con una población que supera el millón y medio de habitantes, Santiago se debate en medio del caos urbano de un tránsito desordenado y con grandes dificultades de lograr una fluidez en  el desplazamiento de un sitio a otro de la urbe cibaeña.

Por años, el dinámico sector de empresarios, profesionales y del clero debatían, en sus productivas reuniones desarrollistas, de ver cómo desde la capital se olvidaba atender a una ciudad que es la capital regional del Cibao y es el centro dinámico  y orientador del desarrollo nacional desde que el país aprendió a vivir en libertad y democracia.

Santiago en la actualidad esta aprisionado por una camisa de fuerza que coarta sus acciones de  movilización y de expansión por los cuatro puntos cardinales, lo cual se nota al observar el surgimiento de toda clase de urbanizaciones, unas con todas de la ley y otras improvisadas por la necesidad de  la gente de lograr un rincón para levantar  un ranchito a orillas de los arroyos que luego son arrastrados por las crecientes de esos cursos de agua.

La importancia de la visita del presidente Medina, el pasado jueves 14 a la ciudad corazón, revistió una especial significación, ya que con el trust de los cerebros pensantes y desarrollistas de la ciudad, debatieron y acordaron  las más importantes obras que son necesarias para dinamizar la economía y sacar a Santiago de la arrabalización que la afecta por carecer de un buen sistema vial.

Las obras escogidas, unas ya iniciadas pero paralizadas como la avenida de Circunvalación norte y el parque Central en lo que fuera el aeropuerto del Cibao, son inaplazables y sin demora deben las autoridades, después de la visita presidencial, agotar todos los trámites burocráticos en cuanto a la selección de las empresas constructoras, que mediante la celebración de concursos, logren que sus ofertas sean las más convenientes para el Estado.

Santiago, con esa enorme población que alberga, no podía sostenerse en su dinamismo industrial, como hasta ahora lo ha logrado a duras penas, y esa camisa de fuerza de calles y avenidas estrechas y llenas de vehículos  y gentes constituye un lastre a las inquietudes de sus masas pensantes  y empresarial  para avanzar en su desarrollo sosteniendo su liderazgo nacional, que por años ha distinguido a los moradores de la capital cibaeña. 

La importancia de las obras programadas, algunas de saneamiento y el acueducto de Cienfuegos, contribuirán a darle otro giro desarrollista a la ciudad, cuando los nuevos elevados y la construcción de las avenidas de Circunvalación norte y sur permitirán descongestionar  las calles de la ciudad y darle fluidez al tránsito hacia la Línea y Puerto Plata, que ahora ahoga y retarda de manera notable el desplazamiento para salir o entrar a la ciudad en ambos sentidos.

La atención, que el presidente Medina le rindió a lo más representativo de los hacedores de progreso del Cibao y del país, demuestra que existe una línea de acción de tomar en cuenta a todos los sectores nacionales e interpretando sus necesidades  de forma que nada se le impone desde arriba, como era la costumbre de otros periodos presidenciales, que desde el Palacio Nacional, decidían las obras que se iban a construir, sin interpretar correctamente las necesidades de los que supuestamente se iban a beneficiar  con las obras que por lo general eran adjudicadas de grado a grado y envolvían jugosas comisiones para los responsables de los proyectos.

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