Transformaciones de China

Transformaciones de China

Emperatriz Regente Cixi. IV.

Cixi, aun adolescente, fue seleccionada concubina del Emperador Xianfeng a quien le dio un hijo en 1858, cuando Xianfeng murió en 1861, maniobró para ser declarada Regente, la primera de dos veces. Cixi se mantuvo influyente hasta el 2008. Sus acciones podrían considerarse como responsables, o por lo menos, aceleradoras de la caída del Imperio Manchu Qing. Su poder fue solo equiparable, posteriormente, con Jiang Qing, esposa de Mao Zedong.

El hijo de Cixi resultó Emperador Tongzhi aun siendo niño, ella Emperatriz Regente; Tongzhi murió sin alcanzar la mayoría de edad. Cixi nueva vez manipuló la corte, logrando violar las reglas de sucesión para poner en el trono a un sobrino de apenas dos años; el Emperador Guangxu en 1875, siendo Regente otra vez. Posteriormente, desacuerdos con el Guangxu que apoyaba los reformadores, la llevaron a poner al Emperador bajo arresto domiciliario en 1898.

De 1898 a 1900, tuvo lugar el movimiento Yihetuan, conocido en occidente como los “Boxers”, contra el imperialismo extranjero y el cristianismo, ése fue sofocado por las fuerzas de las Grandes Potencias que en ese momento eran ocho. Como hasta entonces, las Potencias vencieron al ejército chino y le impusieron el Protocolo Boxer, 1901, mediante el cual China pagaría una indemnización de 450 millones de talegos de plata, se ejecutarían los oficiales “Boxer” y se autorizaba el establecimiento de fuerzas militares aliadas en Beijing.

Cixi ejerció el poder en China desde 1861 hasta el 15 de noviembre de 1908, cuando murió envenenada por una fuerte dosis de arsénico, un día después que el Emperador Guangxu y luego de haber instalado en el trono a Puyi como nuevo Emperador Qing. A ella le tocó guiar su país a través de los terribles años de la decadencia china y después de considerar su habilidad o falta de ella en esta tarea, la verdad parece ser que Cixi quería restaurar el esplendor, la riqueza y el poder de China.

Cixi fue la primera en abrir la Ciudad Prohibida pero también en los años de su primera regencia, 1861-1875, apoyó una alianza con hombres como Zeng Guofan y Li Hongzhang que estaban comenzando su movimiento de “fortalecimiento propio”. Incluyendo la compra de armamentos modernos, arsenales y fábrica de armas propuestas por Feng Guifen. Sin embargo, su corte no permitió que el programa fuera lo suficientemente amplio para lograr un cambio significativo.

Zeng Guofan quedó descorazonado después de una entrevista con Cixi, al comprobar que no tenía la autoridad suficiente para imponer y generalizar su apoyo al movimiento, no obstante, Li Hongzhang más joven, continuó con “fortalecimiento propio“ luego de las muertes de Zeng Guofan y Feng Guifen. Li se había ganado la confianza de la Emperatriz Viuda, lo que le permitió jugar roles decisivos en los años finales de la dinastía Qing.

Li comprendió que detrás del poder de occidente existía toda una madeja de intrincada infraestructura, institutos de investigación, transporte, comunicaciones y nuevas formas de financiamiento. Así que el movimiento empujó hacia la modernización tecnológica y de infraestructura. También introdujo, con el visto bueno de la Emperatriz, sistemas de trenes, barcos a vapor, telégrafos, industria textil, minería de carbón y advirtió que si China no se industrializaba en sus propios términos, los extranjeros lo harían por ella.

La emperatriz también confió el manejo de la política exterior y la expansión de la flota norte a Li, no obstante, China no solo estaba atrasada con relación a occidente sino que los franceses ya estaban en Vietnam, además se quedaba atrás de Japón que no tardaría en invadirla, una humillación tremenda puesto que siempre lo consideraron “incivilizado”. Li a contraste del japonés Ito que ocupaba el cargo similar, nunca había salido de su país, mientras que Ito hizo numerosos viajes al exterior, incluyendo el estudio de los modelos políticos del Oeste.

Un atrevido joven reformador independiente tuvo la osadía de escribir una carta a Li, el más poderoso funcionario, pidiéndole cita, a la vez le decía puesto que ahora la nación no escatimaba esfuerzos para hacerse rica y poderosa, pronto marcharemos al lado de Europa, su nombre: Sun Yat-sen; Li rechazó la solicitud de escucharlo.

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