Transformaciones de China

Transformaciones de China

CONCLUSIONES. XI.

Las brevísimas biografías recogen la vida de pensadores, revolucionarios y estadistas chinos que lograron a lo largo de casi un siglo, 1860-1949, convertir a China de un país abusado por Occidente: Inglaterra, con la venta de opio, la toma de Hong Kong, y otras posesiones en la costa oriental; Estados Unidos, Alemania; en Oriente, Japón la avasalló y ocupó. A una potencia con la cual ya para el triunfo de Mao Zedong y mucho menos ahora, portento económico y militar, sería suicida intentar ocuparla. Esto quedó demostrado en la guerra de Corea, cuando un millón de chinos cayeron sobre el ejército estadounidense, obligando al presidente Truman a ordenar la retirada y retiro del General del Ejército, 5 estrellas, MacArthur.

Es seguro que algunos personajes muy importantes se han quedado en el tintero, ejemplo, Chou Enlai, a cuyo sepelio acudieron inesperadamente, sin ninguna convocatoria del partido, más de un millón de personas, evidenciándose el agradecimiento del pueblo por las intermediaciones de Chou frente a Mao y el gran número de vidas que debe haber salvado.

Ciertos aspectos del proceso chino llaman la atención. En primer lugar, la calidad intelectual, quizá algunos eran genios, si no de seguro brillantes, de todos los que hemos reseñado, su tesón y dedicación a la causa que sustentaban los hacían superiores. Algunos lograron escalar posiciones primarias en el gobierno por sus altas calificaciones en los exámenes provinciales y desde ellas pudieron influir a la instalación de escuelas técnicas, fábricas de armamentos, eliminación de los exámenes inspirados en Confucio que se habían constituido en una barrera. Amantes de su patria que se habían propuesto copiar Occidente “a lo chino”.

Aun habiendo sido invadidos y humillados por Occidente en múltiples ocasiones como para calificarlos el “monstruo occidental”, esto no fue obstáculo para que se preguntaran cómo esos países habían logrado un rápido desarrollo, mientras ellos, los chinos, con miles de años de civilización, creadores de artes, inventores de las artes de la guerra, de armas, pólvora, alimentos, etc., se habían quedado atrás. ¿Qué había hecho Occidente? Planteada la pregunta, no tuvieron reparo en estudiar cómo lo hacía, así marcharon a Estados Unidos de América, Sun Yat-sen; a Francia: Chou Enlai y Deng Xiaoping. Posteriormente a la Rusia estalinista un buen número. Supieron guardar el orgullo y copiar de sus invasores ¡Qué sentido práctico tuvieron!

Tres personajes se destacan en todo el proceso. Sun Yat-sen, Mao Zedong y Deng Xiaoping. Sun, médico, tuvo la oportunidad de estudiar en Hawaii y hacerse conocedor de las dos culturas como ningún otro líder, creó el Frente Unido y fue designado Primer Presidente de la República, aunque depuesto a los cuarenta y tantos días, siguió dirigiendo sus seguidores desde: Hong Kong, Tokio o Shangai, según fuera necesario para salvar el pellejo y derrocar del general que lo depuso.

Mao Zedong con una personalidad tormentosa, un torbellino de contradicciones, pensaba que la revolución debía ser permanente, este concepto dio origen a la hambruna de los años cincuenta luego de la colectivización de la agricultura hasta la Revolución Cultural, de la cual fue víctima su colaborador y organizador por excelencia Deng Xiaoping. Los años de Mao, en principio, fueron vistos por los historiadores como décadas perdidas, sin embargo, recientemente, hay la tendencia a pensar que sin Mao no hubiera habido Deng. Porque Mao fue como un ciclón que desraizó todo resto de la cultura milenaria china y confucionismo, dejando la tierra arrasada lista para recibir la nueva semilla de manos de su sucesor Deng Xiaoping, creador del “capitalismo leninista” que ha llevado a China a ser la segunda, si no ya la primera potencia económica mundial.

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