Transición tecnológica en universidades de países en desarrollo

Transición tecnológica en universidades de países en desarrollo

(Un enfoque Insular)
Desde el Colonialismo Voraz, descrito magistralmente por Franzt Fanón, hasta la causalidad mecánica de otros pensadores como Hélder Camera, el subdesarrollo siempre es un tema que apasiona y también, porqué no, envilece.
Las causales sociales están reflejadas en el accionar de los humanos producto de la escasez de bienes y servicios, además de estructuras muy pobres de producción y sostenimiento social, coherente y sistemático.
Los pueblos emergen y desaparecen por los fenómenos entrópicos que ellos mismos crean y sostienen. Pocas civilizaciones se han favorecido con el Mito del Ave Fénix; la gran mayoría han sucumbido en la abyectitud y desarticulación social que corroe las bases morales y económicas de una nación.
Ante estas disyuntivas, emergen los postulados de desarrollar un marco tecnológico, como herramienta de análisis y concomitantemente, como instrumento de desarrollo de nuevos esquemas de emprendimiento y producción.
Sin embargo, el asecho de lo que yo denomino como La Trampa Sistémica, ignorada por desconocimiento o tozudez, juega un rol primordial en la asimilación y uso de estas tecnologías.
La Trampa Sistémica se nutre de la improvisación y el afán de poseer tecnologías que solo maquillan la miseria intelectual de los pueblos. De ahí que es de suma importancia que los Estados-Nación entiendan que existen estadios primarios que deben de ser desarrollados antes de querer entronizar tecnologías alienantes del conocimiento y el discernimiento.
Nuestra insularidad ancestral nos ha llevado a transitar por diferentes etapas que abarcan movimientos libertarios, revueltas cívico-militar y también cierta transición democrática. Sin embargo, todavía tenemos que entender cuál es el verdadero posicionamiento geopolítico del país.
En un país donde:
1-Los poderes del Estado-Nación están articulados para el ejercicio de la corrupción,
2-La estratificación social está controlada por el ocio, el boato y la maledicencia publica,
3-Los “poderes fácticos” son un apéndice de aquellos poderes corrompidos por el afán de lucro y la impunidad jurídica.
4-El núcleo familiar está siendo minado por los malos “ejemplos” de los que ostentan el poder político y económico,
5-El ejercicio de la Caridad se ha convertido en memes y Sselfies.
6-El surgimiento de las redes sociales ha desencadenado eventos que reflejan la desnudez económica de nuestro país.
7-Los púlpitos ya no advierten, si no critican eventos sobre los cuales no ofrecen alternativas de decisión.
8-El sistema educativo básico está orientado a que se desvanezcan los símbolos patrios y el verdadero origen de nuestra vida republicana.
9-El acceso a los servicios de salud se ha convertido en un privilegio y no un derecho ciudadano.
10-Nuestras universidades han dado la espalda a los orígenes de los eventos expuestos anteriormente y se están enfocando en solo ofrecer paliativos tecnológicos, muchas veces en detrimento de la formación cognoscitiva e intuitiva del estudiantado dominicano.
Estos 10 puntos conforman el meollo del Estado de des derecho que impera en nuestro país. Empero, debido a la complejidad de estos, solo me circunscribiré al punto número 10.
Nuestro sistema de enseñanza ha abandonado el sistema hostosiano, donde se priorizaba la necesidad de la sucesión, esto es que, cuando un bachiller terminaba sus estudios, podía pasar al tren del magisterio para los grados quinto, sexto, séptimo y octavo. De esta forma se garantizaba la continuidad en las Escuelas Normales nacionales.
Eugenio María de Hostos nos enseñó que, sin un basamento moral y cívico, el estudiante solo sería capaz de sobrevivir a las vicisitudes y no a enfrentarlas eficazmente.
Al abandonar la enseñanza hostosiana, el estudiante no enfrenta la adversidad, si no que se “acomoda” a ella. Esta condición de impotencia está dada por el desconocimiento de sus raíces y del devenir de su verdadera existencia, que es el ejercicio del humanismo en todas las facetas de su vida; se ha convertido en un títere del ¨sistema¨ circunscrito al uso de una tecnología que usa, pero no calcula el impacto de esta en su futuro. Para este estudiante la tecnología lo ha inducido al abandono de la lectura e investigación, porque sabe que ¨para pasar la tarea¨ solo basta consultar Google o El Rincón del Vago.

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