Todos los países están abocados a crear un plan de contingencia ante la crisis económica mundial. Para la República Dominicana existe un amplio recetario conformado por diferentes fórmulas, con sus similitudes y diferencias.

En este recetario, por supuesto, se han ido estableciendo una lista de ingredientes fundamentales como son la transparencia, la calidad del gasto, la prudencia a la hora de decidir las obras de construcción, así como la protección de los sectores más vulnerables, a través de la inversión en educación, salud y demás medidas que mejoren  a la calidad de vida de los  y las dominicanas. Recomendaciones específicas indican la necesidad de recurrir a préstamos para hacer frente al déficit de balanza de pagos y al   fiscal. Expertos indican que la única forma de reducirlos en  2009 es en base a préstamos internacionales de organismos multilaterales.

Tasa de crecimiento

En desacuerdo con el pronóstico de las proyecciones ofrecidas por The Economist, que auguró un crecimiento de 1% para República Dominicana, el Presidente Leonel  Fernández aseguró que el país tendrá un crecimiento de 3%. El mandatario anunció que la estrategia para mantener la dinámica interna en la ejecución de importantes obras de infraestructura que serían ejecutadas de manera combinada entre el Estado y el sector privado.

El economista Pavel Isa Contreras asegura, en cambio, que son pocas las medidas de emergencia que se pueden asumir ante un momento de crisis como este. De momento,  recomienda  ir dando solución a problemas sistémicos del país.

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Peso pesado

Algunos expertos coinciden en la preocupación por la ficticia estabilidad del peso dominicano. Esto, señalan amenaza a la competitividad de la moneda dominicana frente a otras  monedas del mundo.

Un síntoma de esta realidad es que cuando la prima estaba a 50 pesos  por un dólar y bajó no se reflejó en la disminución de los precios.

Varias monedas de la región han caído con relación al dólar de un 30 y un 35%, la moneda dominicana ha permanecido estable ficticiamente, explica el economista Carlos Asilis.

”Esto es preocupante ya que el capital internacional responde a los cambios de competitividad de una moneda”.