Tras 168 años de la Independencia… ¿somos la nación que Duarte soñó?

Tras 168 años de la Independencia… ¿somos la nación que Duarte soñó?

Hace ya 168 años, un   grupo de hombres y mujeres aguerridos, con ansias de libertad, logró arrebatar  la tan anhelada independencia de la patria dominicana, dirigidos por Juan Pablo Duarte. Son 168 años tras los cuales aún sigue siendo pertinente preguntar: ¿somos la nación  que Duarte soñó?

Aunque para algunos  las ideas de Duarte son cosa pasada, el compromiso con las generaciones venideras fue parte de su ideario, como expresó  alguna vez: “El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer  ante el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes”.

Las conspiraciones a la patria no han terminado, quizás se han transformado o cambiado de posición: hoy día la degeneración moral en todos los estratos de la sociedad, la falta de amor por la vida ajena, e incluso por la propia, nos asedia  sin cesar.

Quizás ya no existe el peligro de una anexión, mas existe la posibilidad (y el hecho) de que puertas y ventanas abiertas permitan entrar ideas e intereses que trastornen los ideales con que fue declarada la Independencia dominicana.  Y  en honor a la sangre derramada, si alguien o alguna cosa conspira contra la salud de la patria, es necesario, más que nunca, tener “salud, corazón y  juicio”, como dijo el Patricio.

Despertar.   Cambiar el panorama actual suena a utopía, aunque tal vez en el tiempo de Duarte él y sus compañeros también   fueron juzgados de “muchachos soñadores” y su proyecto visto como una quimera.

De su ejemplo podemos sacar aspectos inspiradores: al crear la sociedad secreta La Trinitaria, Duarte y sus compañeros eran aún jóvenes (él apenas 25 años), y es deducible que la vorágine de ideas libertadoras comenzara a gestarse dentro de él mucho antes de llegar a ese punto.

Todo comenzó en la intimidad de un hogar, sin la intervención de las grandes figuras políticas, con el esfuerzo de gente  dispuesta a darlo todo, incluso sus bienes, y poner en riesgo su familia para dejarnos la patria libre que tenemos hoy.

Aún desde nuestros reducidos círculos, podemos impulsar una nueva forma de vivir. No hace falta subir a los estrados para producir cambios.

“Procuraré conservarme bueno, conservaré mi corazón y mi cabeza”, fue otra idea de Duarte, y en el hogar, en el lugar de trabajo, en la escuela o la universidad, podemos ser buenos. 

Es oportuno despertar, no desistir en la lucha: “No he dejado ni dejaré de trabajar en favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, más de lo que puedo; y si no he hecho hasta ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate  con los pies lo que yo hago con las manos”.

Las frases

La nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen.

¡Aprovechemos el tiempo!

El buen dominicano tiene hambre y sed de la justicia ha largo tiempo, y si el mundo se la negase, Dios que es la suma bondad, sabrá hacérsela cumplida y  no muy dilatado…

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