Después de un divorcio, existe la posibilidad de que la madre rehaga su vida de pareja y se vuelva a casar. Para niños y niñas puede ser muy difícil asumir esa situación, aun cuando se lleven bien con el futuro padrastro.

Mamá se casa
La mayoría de los hijos e hijas permanecen con la madre después de la ruptura matrimonial de sus progenitores. Por esto, un segundo matrimonio de la madre supone un reto importante para los hijos del divorcio, ya que el nuevo esposo de mamá vivirá bajo el mismo techo y formará parte de su vida diaria.

La actitud de los adultos involucrados y la forma en que se prepare a los hijos para esa unión facilitarán o entorpecerán la adaptación a esta nueva dinámica familiar.

Comunique la boda a sus hijos, de preferencia en compañía de su ex esposo, al menos seis meses antes de que se realice el matrimonio.

Aunque el padrastro vivirá en la misma casa, mantenga el respeto por la figura del padre y no trate de sustituirlo por el padrastro.

Evalúe la actitud de su futuro esposo frente a los niños e indague las ideas que maneja respecto a la disciplina y crianza de niños. No puede correrse el riesgo de que existan graves inconsistencias que puedan dañar la estabilidad emocional de sus hijos. Para sus niños será duro verle compartir el lecho matrimonial con un hombre diferente a su padre, por lo que la discreción y expresiones de afecto físico deben tomar en cuenta esa suceptibilidad en los niños.