NUEVA YORK. Al día siguiente de consumar el exilio de Alex Rodríguez, el nuevo semblante de los Yanquis de Nueva York quedó a la vista de todos.
Convocados de las menores para jugar el sábado, Tyler Austin y Aaron Judge, ambos de 24 años, conectaron jonrones en sus primeros turnos al bate en las Grandes Ligas. Nunca una dupla de peloteros del mismo equipo había logrado algo así en sus debuts. Lo hicieron uno detrás del otro.
Judge sacudió otro jonrón el domingo, convirtiéndose en el segundo jugador en la historia de la franquicia en disparar jonrones en sus primeros dos juegos. El otro fue Joe Lefebvre (en mayo de 1980). Aunque perdió Nueva York 12-3 ante Tampa Bay, el cierre de la serie del fin de semana en el Yankee Stadium reflejó el aceleramiento del cambio de guardia del equipo.
En la alineación confeccionada por el manager Joe Girardi, ocho de los titulares incluyeron a jugadores menores de 27 años, la mayor cantidad en un partido desde el último duelo de la temporada regular de 1967.
La edad promedio del grupo fue de 26 años y 165 años, por debajo de los 31 años y 303 de la jornada inaugural de esta campaña. El más veterano fue el jardinero central Jacoby Ellsbury, de 32 años.
Es lo que ocurre cuando del roster se sustrae la presencia de A-Rod y Carlos Beltrán y se reduce la actividad de Mark Teixeira.
Simbólicamente, todo coincidió en el fin de semana en el que la franquicia celebró el vigésimo aniversario del equipo que ganó la Serie Mundial, con Derek Jeter, Mariano Rivera, Bernie Williams, Jorge Posada y Andy Pettitte presentes.
Los cinco, que se formaron en el sistema de ligas menores de la organización, fue el núcleo duro del conjunto se consagró campeón cuatro veces en cinco años.
El primera base Austin, el jardinero Judge y el receptor Gary Sánchez (23 años), quien también pegó un jonrón el domingo, asoman como los próximos pilares surgidos de la cantera Yanqui.
¿Podrán repetir esa fórmula? Tras convencer al clan Steinbrenner, dueño del equipo, el objetivo del gerente general Brian Cashman ha sido diáfano: reducir el costo de su nómina (el segundo más alto de las mayores al superar los 214 millones de dólares), acumular prospectos y darle oportunidades a esas promesas. “Quizás sean decisiones difíciles, pero la cuestión que ha caracterizado a los Yanquis ha sido el empeño de convertirse en un súper equipo”, dijo Cashman.
Fue la declaración de intenciones que formuló luego que en la fecha límite de canjes, el 1 de agosto, Nueva York decidió ser un vendedor en vez de comprador, algo que no ocurría desde que en 1989 traspasaron a Rickey Henderson a Oakland y a Mike Pagliarulo a San Diego.
Los canjes de los relevistas Aroldis Champan (Cachorros) y Andrew Miller (Cleveland) les sirvió para apoderarse de los prospectos más cotizados de esas organizaciones, el torpedero venezolano Gleyber Torres y el jardinero Clint Frazier, respectivamente.
El cambio de Beltrán (Texas) les permitió obtener al pitcher Dillon Tate, cuarta selección del draft amateur de 2015.
En total, los Yanquis añadieron 12 jugadores a un sistema de ligas menores que ha pasado a ser uno de los mejores al incluir también al torpedero dominicano Jorge Mateo, al pitcher James Kaprielian y al lesionado primera base Greg Bird. Varios formarán parte de los planes a largo plazo, otros servirán de carne de anzuelo para adquirir refuerzos.
También asumen los riesgos que el progreso de sus jóvenes talentos no siempre será estupendo. Tal es el ejemplo de Luis Severino, el abridor dominicano que brilló con efectividad de 2.89 al subir para los últimos dos meses del año pasado, pero que en 12 salidas en la actual cuenta con un elevado porcentaje de 7.19.