NUEVA YORK – Mientras los Filis cortejaban al cotizado agente libre Manny Machado durante el invierno, el antesalista Maikel Franco se encontraba en la República Dominicana, preparándose para su séptima temporada en Grandes Ligas. A petición del equipo, trabajaba para hacerle ajustes a su swing con el fin de elevar más la bola. Bajó de peso. Y trató de ignorar toda especulación con respecto a Machado.
“No quise ver qué estaba pasando”, dice Franco. “Me puse a trabajar en lo que (tenía) que trabajar y cualquier cosa que pasara, iba a pasar en cualquier momento. Si lo firmaban, si no lo firmaban. De alguna manera iba a pasar. Simplemente me olvidé de eso. Me fui a trabajar, a preparar, a mejorar en todo lo que tenía que mejorar”.
La llegada de Machado a Filadelfia hubiese desplazado a Franco, un ex prospecto de lujo que había quedado en la cuerda floja tras años de actuaciones decepcionantes con el madero. Por otro lado, los Padres estaban en busca de un tercera base y habían surgido como posible destino para Franco si los Filis optaban por cambiarlo.
Machado seguía disponible cuando arrancaron los entrenamientos, por lo que Franco se reportó al campamento de los Filis en medio de una gran incertidumbre. Pero hoy por hoy, es Machado quien defiende la tercera base en San Diego. Y Franco sigue siendo pieza clave de los Filis.
¿Fue un alivio para Franco cuando Machado firmó?
“Se puede decir que sí”, manifestó Franco. “Ya cuando llegué a los entrenamientos estaba pensando un poquito (en) qué podía pasar, qué no podía pasar y empecé a darle mente a las cosas un poquito. Pero pasó, fue un alivio y ya estamos aquí”.
Pero el contrato de 10 años que firmó Machado con San Diego no le garantizó un rol titular a Franco en Filadelfia. Luego de que el quisqueyano finalizara el 2018 con promedio de .271, porcentaje de embasarse de .314 y slugging de .467, el manager Gabe Kapler lo puso a competir por el puesto de tercera base titular con Scott Kingery en los entrenamientos.
“Nunca lo perturbó”, dijo Kapler sobre la incertidumbre que enfrentó Franco. “Cuando se despidió el año pasado, le pedimos que llegara a los entrenamientos en gran forma. Y eso fue precisamente lo que hizo. Vino más delgado, más esbelto, con más poder. Ha respondido a todos los llamados hasta ahora y eso habla de su fortaleza mental”.
Franco comenzó la temporada bateando octavo y tuvo éxito en dicho puesto, pero ante las bajas del dominicano Jean Segura, el venezolano Odúbel Herrera y Kingery, ha fungido como quinto bate. Llegó a la acción del jueves con promedio de .271, seis jonrones, 19 remolcadas y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .905 en 24 juegos.
Entre las metas que le fijaron los Filis a Franco estaba batear más bolas por el aire. En ese sentido, los resultados hasta ahora son alentadores. En 85 turnos al bate esta temporada, Franco tiene un ángulo de despegue promedio de 19.6 grados, comparado con 9.5 en el 2018. (Desde que Statcast comenzó a llevar cuenta en el 2015, el ángulo de despegue promedio de Franco es de 11.2 grados).
“Con los rollings yo no voy a tener mucho éxito”, señaló Franco. “Traté de trabajar en elevar un poquito más la pelota, dar muchas más líneas y mantener la bola en el aire más y yo creo que me ha dado buenos resultados”.
Franco, de 26 años, también ha impresionado al equipo con su disciplina en la caja de bateo en lo que va de la campaña. El oriundo de Azua tiene un índice de ponches de apenas 7.1% en el 2019 y se encuentra en el segundo lugar de la Liga Nacional con 12.1 turnos al bate por ponche. Además, le ha hecho swing a solamente 28.3% de los primeros pitcheos de un turno al bate, comparado con un 37.4% el año pasado y un 35.7% de por vida.
El coach de bateo de los Filis, John Mallee, atribuye la mejora de Franco en el plato esta temporada en parte a una patadita que ha incorporado a su swing.
“Lo ha ayudado a reconocer mejor los pitcheos; no se compromete antes de tiempo porque no (tiene el pie) sobre el suelo demasiado pronto”, dijo Mallee. “Eso le permite reconocer los pitcheos en pleno movimiento, durante su zancada, en lugar de hacer una determinación de antemano con el pie en el suelo desde el principio, por lo que su disciplina al bate ha mejorado mucho. Les está haciendo swing a mejores pitcheos y como consecuencia está teniendo una mejor actuación ofensiva”.
Al preguntársele qué le llama la atención con respecto a la evolución de Franco al bate, Kapler destaca otra estadística que habla de la habilidad del dominicano para hacer contacto: Ahora mismo, Franco es el único bateador de Grandes Ligas desde el principio de la temporada del 2018 que ha conectado al menos 28 jonrones a la vez que ha sumado menos de 70 ponches.
“Es estremecedor”, dijo Kapler. “Son números bien interesantes”.
“Su talento para hacer contacto está por las nubes”, agregó Mallee. “Si logra mantenerse en la zona de strikes, con la velocidad élite que genera con el bate y su talento élite para hacer contacto, se puede proyectar que va a batear más que en el pasado”.
En resumidas cuentas, Mallee considera que la incertidumbre del invierno sirvió para motivar a Franco.
Dijo Mallee, “Aceptó el ajuste en la trayectoria del swing, el cambio a la parte inferior (del cuerpo) y su preparación, su dedicación, su trabajo en el gimnasio, su dieta…Está decidido a alcanzar su potencial y más no le podemos pedir”.