Tras visita de Obama, aumentan las expectativas en Cuba

Tras visita de Obama, aumentan las expectativas en Cuba

LA HABANA. En el garage de su vivienda en un barrio de La Habana, Rolando Alfonso arregla su Oldsmobile de 1960 con la esperanza de que le abra las puertas a un futuro mejor, transportando turistas alrededor de la capital. Tras la visita del presidente estadounidense Barack Obama la semana pasada, se siente más optimista que nunca. “El horizonte de prosperidad está mucho más cerca”, expresó Alfonso, de 46 años, casado y con dos hijos.

“Antes era un horizonte, una línea. Ahora la luz está un poco más cerca”. Millones de cubanos se preguntan qué impacto tendrán en sus vidas el viaje de Obama y el acercamiento entre La Habana y Washington. Muchos han empezado a pensar en el futuro de una forma distinta, convencidos de que los lazos amistosos con el poderoso vecino del norte y el surgimiento de un sector privado en la economía van a resultar en una mayor prosperidad económica.

Si no hay resultados concretos pronto, es previsible que los cubanos seguirán yéndose de la isla, como han estado haciendo en crecientes números desde que las dos naciones comenzaron a normalizar sus relaciones. Mientras pinta su auto, Alfonso también contempla la posibilidad de una vida en Miami, donde su padre le tiene un empleo en un taller de reparación de autos viejos y espera poder ayudarlo a emigrar al amparo de un programa de reunificación familiar apenas saque la ciudadanía estadounidense. “Esto no va a ser de un día para otro. Va a llevar su tiempo” dijo Alfonso.

“Ya tendría más edad” para cuando llegue el momento, agregó con cierta preocupación. Analistas dicen que el Congreso del Partido Comunista a efectuarse este mes revelará hasta qué punto el gobierno está dispuesto a acelerar las reformas que comenzó hace algunos años. Los líderes cubanos han mostrado poca inclinación a implementar cambios profundos en la dirección que al mandatario estadounidense le gustaría ver y expresaron escepticismo en torno a las razones por las que Estados Unidos quiere normalizar las relaciones. El lunes, en un ensayo publicado por medios locales, Fidel Castro le dijo a Obama que no se meta en los asuntos cubanos. “No necesitamos que el imperio nos regale nada”, expresó.

Hasta sus admiradores, no obstante, consideraron el comentario fuera de lugar. “Fidel para mí es un padre”, dijo Lourdes Pérez, una exenfermera de 46 años que ahora tiene un pequeño negocio en el que vende café y algunos platillos fritos. “No se puede vivir en el pasado”. En entrevistas con la Associated Press, muchos cubanos dijeron que quieren que el gobierno implemente cambios profundos y, sobre todo, abra la economía. Alfonso quisiera que los pequeños comerciantes puedan importar materiales directamente, sin tener que comprárselos al estado.

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