Trascendencia del Deporte como tema de la Literatura Universal

Trascendencia del Deporte como tema de la Literatura Universal

El deporte como tema literario tiene su génesis en la antigüedad en el marco de la cultura helénica. La primera crónica sobre competiciones deportivas que se conoce data del siglo VIII antes de Cristo, y corresponde a Homero, quien describe en el canto XXIII de su inmortal obra La Ilíada las justas organizadas por Aquiles en honor a su fallecido amigo Patroclo.

También se destaca el eximio poeta Píndaro, quien nos legara sus Odas Triunfales, una de las grandes obras de la lírica griega dedicada a los vencedores de los Juegos de Olimpia. Este certamen atlético que era celebrado cada cuatro años, servía como estímulo de la creación literaria.

El pugilato, el disco, la lucha, la jabalina, las carreras de carros y de caballos, eran competiciones que terminaban con el otorgamiento de premios y recompensas a los triunfadores.

En la sociedad latina sobresale Virgilio, quien en un canto de su obra cumbre, La Eneida, al describir una regata se revela como un excepcional cronista deportivo. El sublime bardo también brilla al reseñar un combate entre Dares y Entelo.

Muchas páginas y textos notables sobre temas deportivos en el mundo contemporáneo se encuentran en los diversos géneros literarios, principalmente en la poesía, el cuento, la novela, el ensayo y en crónica de prensa.

Se considera como un periodo de descenso, cuando con el cristianismo Teodosio prohibió en el año 397, los Juegos Olímpicos, pensando en la prolongación de las manifestaciones del culto pagano. Se entiende que por esa razón a lo largo de la Edad Media, se va diluyendo el recuerdo de la tradición helénica del atletismo.

En el ideal caballeresco del Medioevo no surge una justa como competición deportiva, sino como preparación para la guerra y para defensa personal. De las pocas referencias sobre el tema deportivo se citan las escasas alusiones en la Divina Comedia de Dante Alighieri, las cuales son evocadas en cantos al Infierno.

En el poema de Mío Cid, el certamen adquiere carácter de reto deportivo, y se emplea por primera vez en las letras castellanas la palabra deporte.

Por su parte, Miguel de Cervantes en los trabajos de Persiles y Sigismunda hace referencias al inolvidable pasado como la mejor época en la que se celebraban los juegos olímpicos de la antigüedad.

Con el maquinismo y la restauración de los Juegos por Pierre de Coubertin en 1896, se logra que el deporte en pocos años se convierta en un signo de modernidad. Se desarrollan juegos de pelota, boxeo, atletismo, ciclismo, motor, deportes náuticos y los juegos de salón.

El deporte como tema literario alcanza su mayor auge a partir del siglo XX, a través de escritores de reconocida calidad y prestigio internacional, cuya lista in extenso sería difícil de mostrar por limitaciones de espacio. En la próxima entrega presentaremos una apretada selección de autores contemporáneos con sus respectivos textos considerados entre los más emblemáticos.

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