La sociedad dominicana sintió como en carne propia el asesinato de una pareja dedicada a la vida religiosa a la que se dirigieron los disparos sin previa indagación de identidades y sin que en tiempo prudente y con propósito de desagravio e impartición de justicia, la opinión pública haya sido edificada sobre las brutales causas para que se apretaran gatillos a mansalva.

La primera reacción a ese hecho, proveniente de un destacado miembro de la prensa, que vio una potencialidad indiscriminada de matar sin razón a otros ciudadanos, es la que corresponde expresar colectivamente. Tras el sangriento agravio a personas inocentes, indefensas, situadas circunstancialmente en una escena de fuego imprevisto, lo que más procede es llegar al trasfondo de la criminal conducta de algunos agentes policiales.

Sacar a la luz el nefasto método que condujo a agredir sin previa medición de tan graves actos ni sus consecuencias.

Y quién, en virtud de unos propósitos mortales que desembocaron en la irracionalidad de la fuerza, dio órdenes de segar vidas sin el menor tacto.

La falsedad de los intercambios de disparos se evidencia ahora con mayores riesgos para los ciudadanos desvinculados de la delincuencia.

La Policía debe ser revisada a profundidad. Deben conocerse, para su plena eliminación, los resortes y condicionamientos que llevan sus agentes a los excesos. Si es que parte de ellos son inducidos a la letalidad sin filtro.

A volar con alas propias

El cobro de impuestos no debe excederse hasta el punto de inutilizar a medios de producción y servicios locales llevados a competir con sus similares del exterior que suelen estar mejor tratados por los regímenes de recaudación de sus países de origen.

Bajo ese criterio, la fiscalidad dominicana debe escuchar, para fines de la revisión que corresponda, la actual situación de la aviación comercial nacional.

Las iniciativas empresariales para transporte aéreo necesitan respaldo: condiciones estructurales favorables a su desarrollo, importante para viajes internacionales e intercambios comerciales que por su alcance mayormente regional no corresponden a las aerolíneas extranjeras más grandes, más caras y más aptas para conexiones de lejanía y envergadura.

Conviene, además, expandir servicios de taxis aéreos que enlacen los polos turísticos.