BARAHONA. El personal en pleno del destacamento de la Policía de Tamayo, en la provincia Baoruco, fue trasladado por disposición del jefe de la Dirección Regional Sur de esa institución, general Rafael Calderón Efres, tras la denuncia de una ola de robos hecha por el párroco de allí, Manuel Luis.
El vocero de la institución de la Policía en esta ciudad, mayor José de los Santos Pérez y Pérez, dijo, que se han realizado varios operativos en poblaciones cercanas a Tamayo, donde han sido recuperadas varias motocicletas que habían sido robadas a sus propietarios.
Pérez y Pérez señaló que el traslado de la dotación de Tamayo abarcó a los diferentes departamentos investigativos de la institución en esa localidad.
La decisión de realizar estas remociones se produce, luego que el jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, ordenara al general Calderón Efres que iniciara las investigaciones de lugar, luego de la denuncia del sacerdote sobre los robos en Tamayo y otras localidades cercanas.
Dándole fiel cumplimiento a las disposiciones del mayor general Guzmán Fermín, el general Calderón Efres ordenó el traslado de la dotación policial de Tamayo, y desde ya se han realizado varios operativos selectivos en busca de quienes han cometido hechos delictivos en toda esa zona, expresó Pérez y Pérez.
El religioso había denunciado que la ola de robos y atracos se producía en el municipio, sin que los autores fueran apresados.
El párroco de la iglesia San Antonio de Padua se quejó por los frecuentes hechos delictivos en Tamayo y otras localidades pertenecientes a la provincia de Baoruco.
De acuerdo a su denuncia, el religioso se queja porque los agentes no se ven en las calles del pueblo de Tamayo.
El sacerdote asegura que los asaltos se producen a cualquier hora del día o de la noche, tanto en vías solitarias como en las calles muy concurridas.
Manifestó que los pobladores ya no pueden transitar libremente a las 11:00 de la mañana o las 3:00 de la tarde, como tampoco a las 10:00 de la noche o las 4:00 de la madrugada, porque los asaltan en cualquier esquina.