Traslado de los restos del Poeta Nacional Pedro Mir

Traslado de los restos del Poeta Nacional Pedro Mir

Hemos considerado referirnos a este cariacontecido acontecimiento, al notar que una parte de los dominicanos identificados como miembros de partidos políticos de izquierda, han criticado el traslado de los restos del excelso Poeta Nacional, doctor Pedro Mir, al camposanto Puerta del Cielo, como un hecho impropio y además un pésimo precedente, por ellos creer que este cementerio representa criterios burgueses y además preceptos que él en vida no sustentó.

Los capitaleños que no conocen las pésimas condiciones en las cuales se encuentran nuestros cementerios municipales, no se imaginan los acontecimientos que suceden en los mismos, por la falta de vigilancia, ornato y un raterismo casi en grado superlativo.

Cuando nuestra madre falleció en el año 2002, sus hijos no estábamos preparados para tan doloroso acontecimiento y acudimos para su enterramiento, al generoso ofrecimiento de nuestra prima y ahijada de nuestra madre, Isabel Pérez Rojas de Ruiz, panteón que se encuentra en el cementerio Nacional de la Máximo Gómez, afortunadamente en primera línea. Sin embargo, pensábamos que dada su excelente localización, no había lugar al vandalismo que se registra en ese lugar, supuestamente sacrosanto. ¡Cuán equivocados estábamos! A los pocos días acudimos para renovar los velones y nos percatamos, que el florero de latón había sido sustraído.

Indagando con otras personas que tenían deudos enterrados en el mismo camposanto, nos informaron que la mangancia era tal, que no se podía poner ningún objeto que llamara la atención o que tuviera siquiera un valor mínimo en el mercado de las metaleras que pululan en sus alrededores. Así, se desaparecen letras en bronce, candelabros, imágenes de santos, puertas, ventanas de hierro y hasta los candados, para venderlos por centavos a estas mal llamadas “metaleras”, las cuales son también responsables del hurto de las tapas imbornales, que tantos graves accidentes han causado a la ciudadanía.

Nuestra familia decidió comprar dos lotes en el Cementerio Cristo Redentor para construir un panteón diseñado por el arquitecto Luis Abreu. Luego de comprar el terreno, nos dirigimos a lugar para marcar las bases del mausoleo. Sorpresa me llevé, cuando aparecieron dos personas que me indicaron que no se podía construir nada sin que se suscribiese un contrato con varias ramas del sindicato. Así conocimos el sindicato de albañiles, el de transporte de materiales. Antes de conocer los otros miembros, decidimos vender el terreno y comprar un panteón, precisamente en el Puerta del Cielo, donde hay un cuidado permanente y una limpieza y cuido del entorno, simplemente minuciosa.

Tenemos una amiga, cuyo hijo está enterrado en el Cristo Redentor y ella iba semanalmente a su tumba. Tuvo que dejar de ir, por motivo de la ratería y delincuencia circulante, y más adelante tuvo la desagradable sorpresa de que en el respaldo del panteón, habían instalado una especie de “fritanga” y su protesta no tuvo éxito, ya que según los cuidadores del camposanto, esas personas son “padres de familia” que se ganan honestamente la vida y así evitan dedicarse a lo mal hecho.

En estos cementerios municipales, han ocurrido hechos vandálicos en los cuales las tumbas han sido violentadas y sustraídas las cajas y a veces los cadáveres tirados en el suelo. En los camposantos de los pueblos, cuando las cajas son metálicas y de algún valor, los familiares le caen a martillazos para que los curiosos divulguen que ya ha perdido su valor comercial.

No sabemos si con el nuevo alcalde las cosas han cambiado en estos aspectos, ya que por lo menos en cuanto al ornato y la limpieza, si se ha producido un cambio, pero todavía merodean individuos que se dedican a las labores de limpiar, desyerbar y de alguna manera, acicalar los panteones, sobre todo aquellos que datan de muchos años y sus deudos los han abandonado por la inseguridad cuando se penetra en medio de las tumbas.

Creemos que los familiares del poeta Pedro Mir actuaron correctamente cuando decidieron trasladar sus restos a un cementerio particular, en donde el ambiente es despejado y agradable y tan solo entrar, el orden y las atenciones para con los deudos es un atractivo adicional. Los compañeros de partidos de izquierda también deben sentirse orgullosos de que un alto dirigente haya sido reconocido en vida y dignificado a su muerte.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas