El trasplante es un procedimiento que se hace para reemplazar uno de sus órganos con el órgano sano de otra persona. La cirugía es solo una parte de un proceso complejo
Muchas veces al pensar en la necesidad de un trasplante de órgano sólido “TOS” (riñón, hígado, corazón, pulmón o páncreas) para un individuo, consideramos que no es más que otra consecuencia de una enfermedad padecida, sin embargo, no es así ya que el trasfondo de la necesidad de un TOS conlleva a un espectro de aristas tanto personales, familiares, sociales y gubernamentales.
A groso modo cada uno de estos aspectos se pueden resumir diciendo que tenemos a un individuo con una calidad de vida muy baja, prácticamente con libertad relativa o muy limitada por las condicionantes de su patología y limitantes por la demanda continua de los servicios de salud que amerita para su supervivencia. Así mismo, en la gran mayoría de las ocasiones, una familia y/o allegados al afectado que se comprometen a la asistencia y al acompañamiento del mismo llevando a ello a la misma limitación social y laboral de los involucrados.
El incremento de supervivencia y la adición de nuevos enfermos por similares características conlleva a una saturación de los servicios hospitalarios, tanto público como privados, considerando que el hecho de que un paciente amerite un TOS ya lo hace ser un paciente complejo conllevando a gastos y empleo de recursos muy por encima de otra patologías.
El trasplante, ya sea que se amerite como tratamiento de una enfermedad en un estadio terminal, una urgencia o profiláctico, es por así decirlo la piedra primordial en conjunto con la farmacología de inmunosupresión (medicamentos para evitar el rechazo del órgano) para revertir de forma significativas las consecuencias de enfermedades que caería el termino de catastróficas, devolviendo calidad de vida y haciendo volver a un individuo discapacitado útil para si mismo y la sociedad, así lo describe en un estudio “Health-Related Quality of Life After Different Types of Solid Organ Transplantation” donde una muestra de diversos tipos de órganos trasplantados, según la escala de “Karnofsky”, se demostró que el 100% sobrepasaron el estatus de ser identificados como discapacitados, por ende el factor familiar se libera de la carga llevando a esta unidad de la sociedad a su funcionamiento íntegro, en una proyección meramente económica realizada en Estados Unidos para el 2021, ejemplificada en el artículo “The Magnitude of the Health and Economic Impact of Increased Organ Donation on Patients With End-Stage Renal Disease” que incrementando solo el 5% de donaciones de Riñón por cadáveres EE. UU., se ahorraría un total de 4.7 billones de dólares y un total de 30,870 pacientes mejorarían su calidad de vida y salieran de las terapias de diálisis, en similar forma se realizó la proyección con un incremento al 25% al aumento de donación de renal siendo el ahorro de 21 billones de dólares y efecto a pacientes de 145,136, representando esto el valor de la cultura de donación.