MADRID, (AFP) – El transporte de mercancías en la península ibérica regresó el jueves a la normalidad: los camioneros portugueses abandonaron su huelga contra el gasóleo caro tras un acuerdo con el gobierno, mientras que en España la policía levantó los bloqueos de los transportistas.

   Sin embargo, habrá que esperar algunos días para que las estaciones de servicio estén provistas de carburantes y los supermercados vuelvan a cargar sus estanterías de productos frescos en ambos países, vacías a causa de los retrasos acumulados desde el lunes.

   La industria automovilística sigue casi paralizada en España por la falta de piezas para el montajes, aunque este jueves hubo una «leve mejoría».

   En Francia, la fábrica Peugeot Citroën de Mulhouse (este) se encontraba paralizada por la falta de piezas construidas en España.

   En Portugal, los transportistas en huelga desde el lunes volvieron al trabajo el jueves, tras el acuerdo que el miércoles en la noche alcanzaron el gobierno y la Asociación nacional de los transportistas de mercaderías (ANTRAM).

   Los camioneros portugueses lograron reducciones fiscales y una reducción de las tarifas en los peajes para compensar la escalada del precio del carburante, pero no obtuvieron la creación de un «gasóleo profesional».

   En España, la circulación volvió a la «normalidad en las carreteras» el jueves por la mañana, después de tres días de pesadilla y con la intervención policial para desbloquear los obstáculos que no permitían la libre circulación, según el ministerio del Interior.

   Unos 25.000 policías fueron movilizados desde el lunes para garantizar la libre circulación, se detuvo a unas cien personas y 9.500 camiones fueron escoltados en todo el país.

   Las dos fronteras terrestres con Francia, en el País Vasco (oeste) y en Cataluña (este) fueron nuevamente abiertas el miércoles por la policía.

   La ministra de Transportes, Magdalena Alvarez, firmó el miércoles un plan de medidas –sobre todo destinada a indexar tarifas de transportistas en los precios del carburante y con reducciones fiscales– con las principales organizaciones de camioneros no huelguistas.

   Las dos organizaciones minoritarias en huelga –Fenadismer y Confedetrans, que representan al 20% del sector — anunciaron que continuarán la huelga hasta que el gobierno acceda a fijar una tarifa mínima para el sector para evitar el dumping, que las autoridades consideradan contraria a las reglas europeas sobre la libre competencia.

   El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llamó a los huelguistas a volver al trabajo y prometió «tolerancia cero» ante actos de coacción de los camioneros que quieran parar la circulación.

   «El despliegue de policías sigue activo» para «impedir actuar a los piquetes», advirtió, y garantizó «la libre circulación» a quienes quieran trabajar, que estimó ser la mayoría.

   Quienes se unirán a la huelga el viernes son los taxistas, convocados por la Confederación del Taxi de España (CTE), durante al menos un día y por el mismo motivo, mientras que sus colegas portugueses amenazaban con parar.

   En el resto de Europa, los camioneros holandeses circularon a marcha lenta la mañana del jueves, lo que provocó un centenar de kilómetros de atascos en 18 puntos del país.

   En el Reino Unido, las negociaciones continuaban el jueves para evitar una huelga prevista para el viernes de los conductores de los camiones cisterna que distribuyen Shell. Londres instó a los consumidores a no ceder al pánico, pero se registraban colas más importantes que de costumbre en algunas estaciones de servicio.

   Simultáneamente continuaban las protestas de los pescadores europeos contra la carestía del gasóleo, sobre todo en España, ante la indiferencia general.

   El ministro francés de Pesca, Michel Barnier, dijo que Francia, España, Portugal e Italia propondrán a Bruselas aumentar el nivel de algunas ayudas a los pescadores y la creación de un fondo especial.