Trastornos del sueño en niños de distintas edades aumenta

Trastornos del sueño en niños de distintas edades aumenta

El sueño de sus niños es un preciado tesoro. Su valor reside en sus caras risueñas, actitudes felices y su gran deleite por vivir. Un niño poco saludable puede convertir la vida de toda la familia en un mal sueño. Si no descansa bien durante la noche puede sufrir problemas en su desarrollo y en sus conductas, lo que obviamente producirá estrés familiar.

Aunque el niño duerma solo o comparta su dormitorio con sus hermanos o padres o repose en la misma cama con algún hermano, es importante preocuparse de la calidad de su sueño, tanto durante la noche como haciéndolo tomar siestas durante el día. Sin embargo, lo más importante es que los padres aprendan a reconocer los problemas que el niño puede presentar durante el sueño y que sepan como resolverlos.

La calidad del sueño de un niño es un asunto que preocupa a muchos padres. Por ejemplo, algunos desconocen la cantidad de horas que debe dormir en la noche y cuántas siestas debe tomar y su duración. ¿Sabía usted que un bebé a los seis meses puede aprender a dormir hasta nueve horas seguidas, sin interrupciones, por la noche? La cantidad de sueño nocturno varía en cada niño, algunos duermen más otros menos, pero la mayoría es capaz de dormir toda la noche, sin tomar en cuenta una cantidad exacta de horas.

Este es un ejemplo, de los interrogantes que plantean los padres a los pediatras.

Señales de Problemas con el sueño de su niño

-Se consume una gran cantidad de tiempo intentando ayudar al niño a quedarse dormido.

– Se despierta varias veces durante la noche.

– La falta de sueño repercute en la conducta y el ánimo del niño.

-Los padres no pueden dormir bien debido al mal dormir del niño.

Los problemas de sueño más comunes de la infancia pueden ser corregidos rápidamente una vez que han sido identificados y tratados. En general, el sentido común y el apoyo del pediatra pueden resolver el problema. En ocasiones, el hecho de conversar con otros padres de niños de la misma edad con los mismos problemas, ayuda bastante.

Las rutinas para irse a la cama
La preparación del niño para acostarse significa muchas veces la separación de sus padres, hecho que es una fuente de ansiedad tanto para el niño como para sus padres. Estos, naturalmente, perciben esta ansiedad y desean consolar al pequeño. Sin embargo, el momento en que se acuesta al niño debe ser siempre una fuente de alegría para el pequeño y sus progenitores.

Cuando ha llegado la hora de acostarlo, es importante que el padre o la madre permanezca entre 10 a 30 minutos con él jugando o contándole una historia bonita, antes de ponerlo en la cama.

Deben evitarse las actividades físicas (correr, saltar) ni contarle historias terroríficas. El niño debe estar en conocimiento de algunos límites, por ejemplo saber la cantidad de tiempo que el progenitor le va a dedicar y éste no debe exceder tal cantidad. Darle el gusto en peticiones como «tráeme otro jugo» o «cuéntame otra historia» lo acondicionará a percibir la hora de acostarse como un hecho que se puede postergar indefinidamente. Si no se establecen claras rutinas para irse a la cama, la tarde puede convertirse en una serie de momentos de tensión, ansiedad y discusiones con el pequeño.

Desórden de asociación con el inicio del sueño
Una queja común de los padres es que el niño no se duerme si no se lo toma en brazos y se lo acuna. Esto significa que el pequeño está asociando el hecho de irse a la cama y dormir con algún otro evento (ser acunado, acariciado y siempre estar acompañado cuando se queda dormido). Cuando el hecho asociado (persona u objeto) se echa de menos, el niño es incapaz de quedarse dormido.

¿Qué causa estos problemas?
Todas las personas experimentan cierto número de breves despertares durante la noche, en especial cuando están soñando (durante el sueño REM o de movimiento rápido de los ojos.) En general, los individuos no están conscientes de estos despertares y se vuelven a quedar dormidos rápidamente.

Sin embargo, cuando los padres se dan cuenta de que el niño se ha despertado, sienten la necesidad de ir a ayudarlo a «volver a dormir» tomándolo en brazos, dándole jugo, acunándolo o acostándose junto a él. De este modo, el pequeño aprenderá este modelo y muy pronto será incapaz de volverse a dormir si sus padres no acuden a verlo o no lo mecen y acunan. Aprende, entonces, a ser dependiente de ellos para retornar al sueño, en vez de aprender a asociar el sueño con objetos de su cuna, móviles o juguetes.

Un niño es incapaz de aprender a quedarse dormido sin ayuda
Esta afirmación es errónea. Una vez que un bebé o un niño pequeño comienza a asociar el inicio del sueño con ser acunado o tomado en brazos, no aprende a hacerlo sólo; de este modo comienza a gritar, llorar y patalear cuando se despierta en la noche.

Si los padres lo toman en brazos y lo acunan, pronto vuelve a quedarse dormido.

De esta manera se refuerza la asociación de estar con los padres y ser acunado con dormirse y al niño le es sumamente difícil aprender a hacerlo solo y/o reiniciar el sueño cuando se despierta en la noche. Esta va creando un conflicto en los padres.

Por una parte es natural que éstos deseen ayudar a su hijo a dormirse, pero por otra también es necesario que el niño pequeño aprenda a dormir bien y deben evitarse las conductas enumeradas anteriormente, que refuerzan su incapacidad de dormirse sin ayuda.

Con ésto, no se está sugiriendo a los padres ignorar la existencia de su hijo cuando llora.

Si lo hace se debe acudir a ver qué pasa, si tiene hambre, si hay que cambiar pañales hacerlo si es necesario y luego acariciarlo brevemente y dejarlo que se duerma solo.

Para corregir los problemas del sueño del niño, hay que enseñarle a que duerma durante toda la noche, en el horario de siestas y cuando se despierta en la noche, mediante un modelo de asociaciones, que no requiera la presencia de los padres.

El dato

No a comer en las noches
Los niños que sienten hambre en la noche se despiertan con frecuencia o no pueden quedarse dormidos o volverse a dormir sin comer algo antes, lo hacen por costumbre, no por que en verdad tengan hambre.

En estos casos los padres deben enseñar al niño a comer sólo cuando sienta mucha hambre y en un determinado horario. Tenga paciencia, sea persistente  y verá resultados al cabo de tres semanas.

Técnica útil
Sobre su espalda para que así perciba que no ha sido abandonado. Deje la habitación, y no permanezca en ella más de uno a dos minutos la primera noche del reaprendizaje. Si el niño continúa llamando a sus padres y llorando, déjelo que lo haga. Vuelva en 5 minutos y realice lo mismo (palabras y mano en la espalda) para confortarlo.

Si sigue llorando deje que lo haga por unos 10 minutos. Vuelva a la habitación y realice lo mismo. Si vuelve a llorar, déjelo esperando por unos 15 minutos y retorne a la habitación.La segunda noche los intervalos deben ser de 5, 10, 15 y 20 minutos. La tercera deben ser de 10, 15, 20 y 25, la cuarta de 15, 20, 25 y 30 minutos y la quinta de 20,25 y 30 minutos.

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