En tumores superficiales, si se resecó la lesión completa, la continuación del tratamiento consiste en terapias locales intravesicales, las cuales disminuyen la posibilidad de recurrencia del tumor. La más usada es el BCG, terapia inmunológica que se instila dentro de la vejiga con un esquema de tratamiento planteado por su médico por un promedio de seis semanas de duración. Se plantea un seguimiento en meses específicos para detectar si la enfermedad recurre.
En enfermedades invasivas, si el tumor es pequeño y está en una zona de la vejiga que pueda ser cortada, se recomienda cistectomía parcial, o sea, quitar una porción de su vejiga. En enfermedades de gran volumen, invasivas, donde no se puede hacer una cirugía parcial, la única opción con intención curativa definitiva es la cistectomía radical, que consiste en extirpar la vejiga completa.
Dependiendo de varios factores, su médico puede ofrecerle hacer una vejiga nueva de su propio intestino (aunque no funcione como su vejiga anterior), o realizar una ostomía (tener una bolsa colectora de orina en el abdomen). En algunos casos se puede ofrecer adicionalmente quimioterapia y radioterapia, en conjunto con la RTUV.

Lo ideal es que su enfermedad sea vista por un equipo multidisciplinario, donde el urólogo inicia el manejo apoyado por un oncólogo clínico, radioterapeuta o dentro de un comité para ofrecerle una visión holística de su caso.