NAIROBI (AFP) – Los líderes políticos kenianos intercambiaron acusaciones de incitación a la violencia étnica ayer, mientras que los esfuerzos diplomáticos se intensificaron de cara a poner fin a la violencia postelectoral, que han dejado ya unos 341 muertos.
El desacuerdo sobre el resultado de las elecciones del 27 de diciembre hizo estallar la peor oleada de violencia registrada en Kenia en los últimos 25 años, que ya causó más de 300 muertos y paralizó la mayor economía del este de África.
En Nairobi, se esperaba la llegada el miércoles por la tarde del líder de la Unión Africana, el presidente de Ghana John Kufuor, para líderar una mediación con el presidente de la misión de observadores de la Commonwealth en Kenia, el ex presidente de Sierra Leona, Ahmed Tejan Kabbah.
Por su parte, la ONU dijo que la ayuda y las operaciones de paz en varios países de la región se están viendo afectadas por la situación.
La estrecha victorial electoral del presidente Mwai Kibaki y su juramento el domingo encendió la mecha de la violencia a lo largo de todo el país.