Tratando de socavar estabilidad macroeconómica

Tratando de socavar estabilidad macroeconómica

Desde el inicio de esta gestión ciertos economistas del PRD se dieron a la tarea de pronosticar cataclismos económicos, estampidas de certificados del BC, incumplimientos con las metas de los programas con el FMI, cuestionamientos a los datos elaborados por el BC y el Ministerio de Hacienda; todo ello en un laborantismo que pudo haber erosionado el clima para la inversión, de no ser por las acertadas políticas macro-económicas y el elevado nivel de confianza de los agentes económicos en esta administración.

En esta semana el Banco Central ofreció al país un documento dirigido a ofrecer explicaciones sobre el crecimiento económico y los resultados fiscales en el primer semestre, mientras el FMI, por la vía de su representante en el país, desmintió que se hayan producido  por parte de las autoridades informaciones fraudulentas sobre la ejecución presupuestaria o discrepancias de cifras sobre el déficit cuasi-fiscal.

 Han tratado de vulnerar la credibilidad en las cuentas nacionales de una institución de prestigio como el BC, sin presentar pruebas o argumentos técnicos validos, pero resulta que aceptaron la tasa de crecimiento del PIB de 4% en el primer semestre con el objeto de calificar esos resultados como un indicador de “caída brutal en la economía”, cuando una caída implica un crecimiento negativo, como en el 2003, pero resulta que el PIB a junio de este año es mayor que a junio del 2010 y lo que se produjo fue una reducción en la tasa de crecimiento, en línea con el programa del FMI, que estableció un ajuste fiscal a partir de la segunda mitad del 2010.

En cada revisión trimestral del programa estos distinguidos economistas inventan niveles exorbitantes del déficit fiscal y baste recordar que al cierre del año pasado especulaban con  cifras oscilantes entre 60-80 mil millones,  sin embargo el déficit del gobierno central fue de RD$47.9 miles de  millones, con una desviación de  $3,500 millones de la meta (RD$44.3 mm) originado en un mayor subsidio al sector eléctrico.

En cuanto al déficit fiscal el documento del BC brindó  una cátedra estableciendo la diferencia entre déficit de caja, como concepto contable, y el déficit como un concepto económico definido en el programa con el FMI “como el cambio en la posición financiera del gobierno central (activos menos pasivos)”, medido desde “debajo de la línea”. A pesar de la alquimia aritmética para inventar un déficit mayor, al final de esta revisión de junio quedará debidamente esclarecido el cumplimiento de las metas fiscales y también las monetarias.

El colmo de los inventos o de la perversidad provino de un periódico digital, cuyo autor es un ex funcionario del área monetaria del gobierno pasado, que se inventó un supuesto “informe interno del FMI”, dando cuenta de cifras fiscales fraudulentas y un déficit cuasi-fiscal mayor al reportado por el BC en la revisión de marzo. La aclaración del representante del FMI en RD y las declaraciones de la misión en la rueda de prensa del pasado jueves desmienten estas especies.

A ocho meses y días de las elecciones presidenciales, con un partido que ciertas encuestas colocan en primer lugar, es incomprensible que destacados profesionales, llamados a ocupar posiciones claves en el área económica en caso de triunfar, no dediquen sus mejores esfuerzos a diseñar las políticas mediantes las cuales van a preservar este clima de crecimiento con estabilidad y cumplir con la infinidad de promesas que está realizando su candidato.

Un partido a las puertas del palacio, como algunos de sus dirigentes ya celebran, debería apostar y contribuir al mantenimiento de la estabilidad macro-económica.

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