Bagdad (EFE).- Al menos trece personas murieron ayer y más de 35 resultaron heridas en diferentes ataques y atentados perpetrados en Irak, en una jornada en la que también fueron hallados siete nuevos cadáveres, según fuentes de la policía.

En Bagdad un soldado y dos civiles murieron y otros 22 resultaron heridos, entre ellos un periodista, por la explosión de dos bombas en el centro de Bagdad, informaron fuentes del Ministerio de Interior.

Asimismo, un grupo de desconocidos acribillaron esta tarde al jeque Usama al Yaadan, uno de los jefes de la tribu árabe suní Al Karabela, una de las más importantes de la provincia de Al Anbar, al oeste de la capital iraquí, confirmaron fuentes de la policía local.

El ataque fue perpetrado en el barrio de Al Mansur, en el oeste de Bagdad, cuando la víctima viajaba en un coche con un conductor y otra persona, que también perdieron la vida en el ataque, añadieron las fuentes.

Yaadan mantenía buenos vínculos con las tropas norteamericanas y los hombres de su tribu se han enfrentado en varias ocasiones, durante los últimos meses, con miembros del brazo iraquí de la organización terrorista Al Qaeda

También en Bagdad, un soldado iraquí fue acribillado por un grupo de desconocidos en la zona de Al Ghazaliya, en el oeste de la capital, considerado uno de los feudos de la resistencia árabe suní en Bagdad.

Entretanto, un militar y un policía perdieron la vida en dos ataques separados, también en el oeste de la capital, mientras que dos empleadas, una del consejo municipal y otra de la compañía de electricidad del barrio de Al Daura, en el sur de Bagdad, fueron asesinadas a tiros.

La funcionaria de la empresa eléctrica había sido secuestrada por un grupo de hombres la mañana de hoy, y su cuerpo fue encontrado tirado junto a un camino, precisaron las fuentes.