Treinta y cinco años esparciendo la cultura

Treinta y cinco años esparciendo la cultura

La Fundación Teatro Popular Danzante (Funtepod) arriba a sus 35 años sirviendo como un vehículo para mantener viva la cultura y las tradiciones dominicanas. El sueño que hace tantos años tuvo su fundadora, Nereyda Rodríguez, es una realidad que día tras día y año tras año se intensifica y rinde un servicio de incalculable valor a la comunidad.

Nacida en las mismas entrañas del barrio María Auxiliadora, la Funtepod sigue al pie de la letra los lineamientos trazados por su fenecida creadora. Su hija Senia Rodríguez se ha encargado de velar para que esto sea así y señala que para ella constituye una gran satisfacción poder abrir las puertas de la entidad y brindar este servicio a la comunidad.

Con voz pausada y ojos brillantes de emoción, la joven informa que este aniversario será celebrado con el evento “Puertas a emociones” este miércoles y jueves a las 8:00 de la noche en el Palacio de Bellas Artes.

El nombre del espectáculo habla por sí solo, ya que es una metáfora de la gran cantidad de puertas que han tenido que tocar para poder mantenerse y las emociones por lo gratificante que resulta y por el legado y los aportes de esta institución.

El programa que esas noches se presentará incluye la piezas icónicas como “Canto negro”, y “El cafetal”, además de otras danzas hechas especialmente para esta celebración.

Senia dijo que tienen planes de llevar este espectáculo a la ciudad de Santiago, lugar donde nació su madre. Allí quieren tener una mayor presencia.

Además de la celebración de sus 35 años, Senia dijo que este año será inaugurada la casa-museo Nereyda Rodríguez, con la cual van a mantener vivo el trabajo que con tanta entrega realizó esta gran mujer.

Necesitan un autobús. A pesar del prestigio y los aportes de la Funtepod, Senia señala que a veces se les hace difícil conseguir cosas que son importantes para la labor que realizan. Ejemplo de ello es que requieren un autobús para poder trasladarse a los barrios y pueblos en donde se presentan y a donde dan cursos y talleres. Ha perdido la cuenta de la cantidad de puertas que ha tocado con ese fin. No sabe a quién más recurrir.

“Nosotros queremos ir a participar en más eventos, nos gusta hacer este trabajo, pero tenemos esa limitante. Tenemos mucho respeto y valoración, pero cuando tú hablas del barrio, la gente de una vez… como que le resta valor, está estigmatizado”, indica tras preguntarse por qué esto es así, si el trabajo que hacen es de prevención.

“El arte es una herramienta de transformación social. Los jóvenes que están involucrados en el arte serán seres más sensibles, estarán fuera de la prostitución y la drogadicción, porque ocupan su tiempo libre y tienen otra formación”, destaca.

La escuela. La Funtepod tiene una matrícula de 104 estudiantes a quienes instruyen en diversas áreas de la danza folclórica y contemporánea. Cuentan con ocho profesores y una compañía integrada por ocho bailarines y ocho músicos. De su seno han salido importantes bailarines.

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