Trenzar el pasado, el presente y el porvenir

Trenzar el pasado, el presente y el porvenir

FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX
Es importante que los lideres hispanoamericanos conozcan el pensamiento de los académicos y periodistas mas destacados de los Estados Unidos de Norteamérica.  Al decir lideres hispanoamericanos no pienso solamente en los políticos que, por supuesto, deben estar incluidos; pienso, además, en los lideres empresariales, académicos, sindicales, de comunicación.  Puede afirmarse que el hombre pertenece a una especie zoológica que se equivoca, casi “normalmente”.  Podría definírsele como “el animal capaz de cometer yerros”.  Pero nos equivocamos mayor número de veces cuando no sabemos lo que piensan los otros.  El anciano profesor de Harvard Samuel Huntington ha escrito un libro traducido al español con el titulo: El orden político en sociedades en cambio (cambiantes o en proceso de cambio). Este experimentado y bien formado académico ha escrito también acerca de las relaciones entre los soldados y el Estado, así como de los vínculos entre civiles y militares.  Sus ideas han influido sobre legisladores y periodistas norteamericanos, especialmente en lo tocante al tema de los inmigrantes.

Muchos de los dominicanos residentes en los EUA son emigrantes ilegales que carecen de documentos, tanto de su país de origen como de la nación “receptora” y posible “anfitriona” permanente. Ellos envían dinero a sus familiares en la República Dominicana.  Y lo mismo hacen los emigrantes de Ecuador, Honduras, Jamaica, El Salvador, Nicaragua.  Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas de los emigrantes de todos estos países ascendieron a 32,000 millones de dólares en el año 2001.   Esta suma es quince veces más grande que la inversión de capitales en la región en el mismo periodo, unos 2,100 millones de dólares.  Si un académico prestigioso de los EUA escribe un libro sobre la conducta de los musulmanes, puede llamar la atención de militares y políticos. Es cosa de sobra conocida que en un régimen coránico no hay separación entre la Iglesia y el Estado.  El poder religioso y el poder político se confunden.  Huntington estima que asistimos hoy a un “choque de civilizaciones”.  Recientemente Huntington ha dicho que los emigrantes de habla española podrían destruir la civilización de los EUA, fundamentalmente WASP, esto es, blanca, anglosajona y protestante.

Hace muchísimos años el profesor Miguel Rostovtzeff, un erudito nacido en Ucrania, explicó que los bárbaros que el emperador Caracalla convirtió en ciudadanos de Roma en el año 212 fueron determinantes en la destrucción de la más poderosa cultura de la antigüedad.  Esos bárbaros o extranjeros resultaron incapaces de absorber una cultura desarrollada y contribuyeron, durante los dos siglos que siguieron a su “nacionalización”, a socavar las bases del imperio romano de Occidente.  Finalmente, disolvieron el poder político, modificaron las costumbres romanas y descuartizaron la lengua latina.  Rostovtzeff, el extraordinario maestro de la Universidad Imperial de San Petersburgo, emigró a Inglaterra después de la revolución bolchevique, residió en Oxford hasta 1920, fecha en la cual pasó a los EUA, donde llego a ser docente en la Universidad de Yale, específicamente catedrático de Historia Antigua y Arqueología. Su libro más famoso, Historia social y económica del imperio romano, fue publicado en inglés en 1926, en alemán en 1931, en italiano en 1933.  La versión española de este libro contiene todas las adiciones hechas en las sucesivas reediciones extranjeras de la obra.   Fue publicada por Espasa-Calpe, S. A. en 1962.  Los argumentos de Rostovtzeff alcanzaron, pues, difusión mundial.

La influencia del gran Rostovtzeff operó primero sobre Huntington, y luego, a través de éste, ha llegado a nutrir las ideas de muchos periodistas y educadores norteamericanos.  Esta interacción recuerda el flujo del vino de Jerez de un barril a otro.  Solo que, en vez de fluir el vino nuevo hacia el menos joven y desde allí hasta el barril más viejo, el de la solera antigua, ha sido al revés: del vetusto Rostovtzeff al anciano Huntington y, después, se ha vertido  el caldo en el joven Kaplan.

Los Estados Unidos de Norteamérica son una nación compuesta por emigrantes.  Los extranjeros que huían de las guerras europeas, dinasticas o religiosas, encontraban en los EUA una patria de adopción  y allí echaban raíces, se volvían “americanos”, conocían entonces el disfrute de las libertades publicas.  La colosal estatua que levanta su antorcha en la entrada del puerto de Nueva York  es un símbolo de redención política y de esperanza económica.  Pero los viejos emigrantes ya estabilizados podrían no querer recibir a los nuevos.  Aunque los necesiten para el trabajo, no los quieren como ciudadanos con derechos parecidos a los suyos.  Si las ideas contra los inmigrantes siguen fructificando en la nueva atmósfera colectiva de miedo al terrorismo, todo será más difícil… para los pueblos pobres y para los ricos.   Primero, porque disminuiría el volumen de las remesas, fuente esencial de la economía de Centroamérica, y segundo, porque las grandes potencias rectoras verían crecer el número de guerreros crueles del tercer mundo, irresponsables “y sin intereses en el orden civil”, según los describe en su inquietante libro el propio Robert Kaplan.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas