Tres artesanías criollas obtienen el Sello de la Excelencia de la UNESCO

<p>Tres artesanías criollas obtienen el Sello de la Excelencia de la UNESCO</p>

De las 15 obras presentadas por el país, fueron seleccionadas: «Gallos en Madera», del artesano Juan Puello; «Santos de Palo», del Grupo de Santos de Palo de Bonao; y «Mariposas en Jícaras de Coco», de Marino y Nelson Brito

POR MIRFAK ROWLAND

La artesanía dominicana es el resultado de un intenso trabajo en donde intervienen la cultura, el arte, la creatividad  y la mano de obra. Al momento de confeccionar su obra, el artesano toma en cuenta muchos aspectos, entre estos las costumbres criollas, las cuales son fielmente representadas en cada pieza elaborada.

Los gallos, los santos y las mariposas son, sin lugar a dudas, parte de nuestra identidad. Algunos constituyen elementos propios de la naturaleza, mientras  otros componen las creencias religiosas de un pueblo que ama y venera sus costumbres y legados.

Gracias a esta cualidad del dominicano, el artesano utiliza su creatividad con el objetivo de destacar lo mejor de sus tradiciones, llenándolas de vida, amor y color. Por este motivo, tres obras confeccionadas por artesanos criollos fueron distinguidas con el Sello de la Excelencia, por parte de la UNESCO para la Artesanía de América Latina y el Caribe.

El pasado 18 de diciembre fueron publicados en La Habana, Cuba, los resultados de la primera edición de este concurso, en el que participaron República Dominicana, Haití, Cuba y Aruba. De las 144 obras presentadas, 18  fueron seleccionadas.

Por su parte, la República Dominicana presentó 15 obras, de las cuales fueron seleccionadas: «Gallos en Madera», del artesano Juan Puello; «Santos de Palo», del Grupo de Santos de Palo de Bonao; y «Mariposas en Jícaras de Coco», de Marino y Nelson Brito.

De acuerdo a la Secretaría de Cultura, estas obras fueron las merecedoras de la distinción por patentizar los criterios de selección establecidos en términos de la excelencia en la calidad de la confección, la alianza creativa y logro en el uso de prácticas tradicionales e innovadoras en los materiales, la forma, el diseño, la expresión de identidad cultural y valores estéticos tradicionales.

También fueron tomados en cuenta el respeto al medioambiente en los materiales utilizados y las técnicas de producción, la capacidad de colocación en los mercados de productos artesanales y su potencial de difusión en mercados internacionales, así como la responsabilidad social que las mismas expresan.

 En el acto de proclamación del sello estuvieron presentes Herman Van Hoff, director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe; Inorasen Vencatachullum, director de la División de Arte y Empresas Culturales  de UNESCO; Monserrat Martell Domingo, especialista en Programas Culturales de la Oficina de la UNESCO en La Habana, y una representación de las autoridades cubanas.

El jurado encargado de evaluar los productos candidatos estuvo integrado por María Esther Echevarría (México), quien fuera directora del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART); María Celina Rodríguez, presidente del Consejo Mundial de Artesanía (WCC); Héctor Lombera, director de Mercado de Artesanías Tradicionales Argentinas (MATRAS); Eduardo Barroso, director de la Empresa de Consultoría Barroso Design Ltda; y Alfonso Cantera, experto designado por la Fundación Española para la Innovación de la Artesanía.

La presentación al país del Sello de la Excelencia 2006 se realizó durante los días 5 y 6 de abril del finalizado año, en el marco de un amplio programa de actividades coordinadas por la Secretaría de  Cultura, en donde se expuso todo el proceso requerido para identificar a nivel nacional las obras candidatas.

El programa del Sello de la Excelencia fue iniciado por la UNESCO y la Asociación para la Promoción y Desarrollo de la Artesanía (ASEAN) en el 2001, con el interés de establecer estándares de calidad e introducir en el mercado internacional nuevos productos de la región. Esta experiencia tuvo un gran éxito en Asia, por lo que en el 2004 la UNESCO apoyó la extensión del programa a otras regiones del mundo.

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