En la escuela básica Los Blancos, del municipio Enriquillo en Barahona, los estudiantes y profesores pasan la jornada de clase “con los pelos de punta”. Los constantes zumbidos y frecuentes incendios que ocasionan tres cables de alta tensión (con una corriente acumulada de 36 mil voltios) que atraviesan el  techo del plantel escolar, no dejan que el centro funcione en paz.

La comunidad ya ha sufrido la consecuencia de los cables, que han reducido a cenizas varias viviendas y ocasionado la muerte de dos personas, temen que alguno de los más de 400 estudiantes y los diez profesores que asisten a la escuela a diario sea afectado.

Cada vez que llueve los cables hacen chispas y anteriormente han afectado el suministro energético   del centro. A pesar de ello,  la Empresa Distribuidora de Energía del Sur (Edesur) no se ha hecho responsable, informaron los vecinos.

Por eso, las juntas de vecinos, clubes, iglesias y asociaciones, hicieron ayer un llamado al titular de Educación, Melanio Paredes, para que intervenga. 

Carlos Vidal,  de la Asociación Nacional de Profesores (ADP), explicó que en una ocasión  uno de los ingenieros de Edesur visitó el recinto para verificar la situación, pero que no se ha logrado ningún avance.

Enfatizó en que los cables se encienden en llamas con frecuencia y que la escuela sólo quiere evitar que ocurra alguna desgracia.