La carretera El Seibo-Miches es la tercera vía construida por la Constructora Moll que tiene derrumbes por culpa de las lluvias en menos de un año: las dos primeras en tener tramos colapsados fueron las que van de Guananico a Imbert, en Puerto Plata; y la del Rincón de Yuboa, en Bonao, que se afectaron severamente con las lluvias de noviembre del año pasado.
En el caso de la vía que comunica El Seibo y Miches, costó RD$64 millones y fue entregada el 2 de febrero del 2015, por lo que la carretera duró dos años y casi ocho meses en buenas condiciones. No resistió, sin embargo, los embates del huracán María.
La de Guananico-Imbert, sin embargo, duró muchísimo menos: fue entregada justo antes de las elecciones de mayo del 2016, a un costo que no fue publicado en los medios, y cuatro semanas después hubo que repavimentar algunos tramos que se afectaron con unos torrenciales aguaceros.
Cinco meses después la historia se repitió: en noviembre la carretera presentaba hundimientos y grietas producto de las incesantes lluvias que afectaron a toda la región del Cibao durante varias semanas. En el mes de febrero, además, presentó derrumbes en algunos de sus tramos.
La carretera del Rincón de Yuboa era más vieja: había sido construida en el año 2008, después que se viera seriamente afectada por las tormentas tropicales Olga y Noel, que azotaron el país en noviembre y diciembre del año 2007. Esa obra costó RD$70 millones.
A mediados de noviembre del 2016, ocho años después de haberse inaugurado la obra, un tramo de la carretera se derrumbó a causa de las lluvias. La vía volvió a repararse este año y fue entregada en julio pasado, cuando se anunció con bombos y platillos que entregarían el puente que cruza sobre el río Yuboa, una obra que tenía 10 años paralizada por falta de recursos económicos.
Otra carretera que tuvo problemas el año pasado fue la carretera Guaco-La Llanada-Añil, en La Vega, que fue entregada en el 2013. Algunos tramos presentan pequeños derrumbes en las orillas. No se pudo establecer el costo.
Aliado. Elías Guarionex Molina Lluberes, propietario de la Constructora Moll, tiene una antigua relación con el Estado y ha trabajado con los tres últimos ministros de Obras Públicas: Freddy Pérez, Víctor Díaz Rúa y Gonzalo Castillo, tal como puede comprobarse viendo las reseñas hechas por la prensa en los últimos años.
Con Freddy Pérez contrató una obra muy importante: la construcción de la autovía de El Coral, que fue iniciada en abril del año 2005. El anuncio de la construcción de esta carretera fue hecho el 4 de agosto, cuando el expresidente Leonel Fernández inauguró el puente sobre el río Chavón, reconstruido después que se viera afectado por el paso del huracán Jeanne.
Aquel día Molina explicó que El Coral, que uniría a los complejos turísticos de Punta Cana y Uvero Alto, sería una carretera con una extensión de 44 kilómetros y tendría un costo estimado en unos US$40 millones pero, sumando las expropiaciones que serían necesarias, la inversión aumentaría a unos RD$2,400 millones.
Para hacer esta obra Molina estaba asociado con otras empresas, como Perca, pero posteriormente el contrato terminó en manos de Odebrecht y el costo total fue de US$471,062,590.67.
En diciembre del 2005, además, Moll fue una de las dieciséis empresas que ganó el sorteo para llevar a cabo el programa de asfaltado y reconstrucción de calles, avenidas y carreteras que se realizó en todo el país con una inversión inicial de RD$1,600 millones.
Tres años después, Molina Lluberes volvía a ser noticia: el 22 de enero del 2008 la Delegación Regional Nordeste del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) se quejó de que Obras Públicas le rescindió los contratos de una serie de obras a los ingenieros Randy Javier Lantigua, Joaquín Peña Agramonte y Ulises Osvaldo Reynoso y, sin darles ninguna explicación, se las entregaron a Molina Lluberes. Las obras a construir eran la construcción de calles, aceras y contenes del barrio Los Maestros, en San Francisco de Macorís.
Un año después recibía un contrato para construir las aceras, contenes y asfaltado de la calle Prolongación Joaquín Gómez, obra concedida por el entonces alcalde de La Vega, Fausto Ruiz, quien entregó un avance de RD$3 millones en el mes de diciembre.
Suerte. Molina Lluberes no solo tiene la Constructora Moll. También tiene la empresa Moll, que es una procesadora de asfalto y tiene bastantes contratos con Obras Públicas, según las cubicaciones que aparecen en páginas de la Digepres. El concepto de los pagos siempre es por el suministro y transporte de H.A.C. para bacheo.
Independientemente de esas labores, que se pagan a Mol CxA, la Constructora Moll (que sale como Moll S.A) suele correr con suerte cuando hay fenómenos atmosféricos. La tormenta Sandy, por ejemplo, le significó el contrato de la reconstrucción del camino vecinal Bayaguana-Sierra de Agua-Sabana Medio, en Monte Plata. Aunque la tormenta fue en el 2012, en febrero de este año se le pagó por ese concepto.
Otros trabajos que se le pagaron en febrero pasado fueron realizados en las provincias Duarte y María Trinidad Sánchez. Aunque no especifica qué tipo de obras fueron realizadas, sí indica que el valor de las mismas es de RD$80,000,000.
Además le fueron pagados los trabajos de construcción y reconstrucción de las calles, avenidas, aceras y contenes del Barrio Puerto Rico, de Maimón, en la provincia Monseñor Nouel, que tuvieron un costo de RD$573,530.17.
Aunque fueron pagados este año, esos trabajos aparecen en la relación de proyectos terminados en el período 2009-2013. Ahí se establece que el valor fue de RD$69,673,512.35.
En ese mismo periodo, el 3 de septiembre del 2012, se contrató el asfaltado de la carretera Rancho Arriba-El Muerto en La provincia Hermanas Mirabal, sobre la que no hay detalles.
Por otro lado, gracias a las lluvias la Constructora Moll firmó un contrato para reparar los derrumbes que se produjeron en la carretera Casabito-Constanza el 17 y 18 de mayo del 2014. Esta carretera, que fue construida por Odebrecht e inaugurada el 3 de julio del 2010, tuvo que volver a ser intervenida en junio de este año porque volvió a presentar derrumbes, grietas y hundimientos.
Otro de los contratos que obtuvo Moll fue la pavimentación de los cinco kilómetros de la carretera que comunica a las comunidades La Enea y Belloso, que fue inaugurada el 10 de octubre del 2013. Aunque se estableció que la inversión fue millonaria, no aparece el detalle de la misma.
Socios. En algunas de las obras más importantes que ha construido con la Constructora Moll, Molina Lluberes ha trabajado con otras empresas. Uno de sus socios es Ozoria & Asociados, con la que formó el Grupo Moll Ozoria & Asociados, un nombre comercial solicitado el 25 de junio del 2002 por el empresario Carlos Manuel Ozoria Martínez.
Este grupo, según consta en una publicación hecha por la entonces Secretaría de Estado de Industria y Comercio en el periódico El Nacional el martes 30 de julio del 2002, se dedicaría a los diseños en general, importaciones, exportaciones y la representación de empresas internacionales.
Uno de los trabajos que han hecho juntos, según consta en pagos hechos por Digepres en julio del 2014, fue la pavimentación de calles, avenidas, carreteras y caminos vecinales de la región Norte del país (lote 8) y la provincia Duarte.
Esta relación laboral entre Moll y Ozoria & Asociados aún se mantiene vigente. Y es que, según consta en los pagos realizados por Obras Públicas en enero de este año, Moll cobra una “cesión de contrato otorgada por Ozoria &Asociados, C.XA., con cargo al proyecto de reconstrucción carretera Navarrete-Puerto Plata”.
En la construcción de esta carretera, que tendrá un costo aproximado de US$68 millones, Moll trabaja además con dos empresas: la compañía Mar y Ecocisa, ya que Obras Públicas dispuso en febrero de este año que los trabajos se hicieran en tres frentes con el propósito de concluir la primera etapa a mediados de este año y concluir a finales del 2017.
Otros socios importantes de Moll son la Constructora Rizek y Conidec, con las que se asoció en el 2013 para crear la empresa Magna, que tuvo a su cargo la construcción del tramo II de la Circunvalación de Santo Domingo, que se construyó a un costo de US$130 millones. Esta vía, una de las más relevantes que ha hecho, cuenta con 4 carriles y tiene una longitud de 36 kilómetros, posee 11 puentes y 15 pasos a desnivel.
La velocidad de diseño es de 100 kilómetros por hora y el tiempo de recorrido es de 22 minutos desde la autopista Duarte hasta la autopista del Nordeste (Santo Domingo-Samaná).