El sector pro-aborto, en el cual militan personas de buena fe, pero también ong´s financiadas por gobiernos y organizaciones extranjeras, han logrado convertir el tema de las causales del aborto en el gran problema nacional, cuando los imperativos de este país son superar la pandemia, la crisis económica, la criminalidad, pobreza, inmigración ilegal de Haitianos, el narcotráfico, la corrupción hasta ahora impune, el embarazo infantil y otras más.
Realmente no se trata de tres causales para despenalizar el aborto, sino dos, porque la primera, la de salvar a la madre cuando el embarazo represente un peligro para su vida, está cubierto con el Articulo 112 del proyecto de Código Penal que reza: “La interrupción del embarazo practicado por personal médico especializado en establecimientos de salud, públicos o privados, no es punible si se agotan todos los medios científicos y técnicos disponibles para salvar las dos vidas, hasta donde sea posible”.
También con el Articulo 42, Numeral 3 de la Constitución de la Republica: “Nadie puede ser sometido, sin consentimiento previo, a experimentos y procedimientos que no se ajusten a las normas científicas y bioéticas internacionalmente reconocidas. Tampoco a exámenes o procedimientos médicos, excepto cuando se encuentre en peligro la vida” (las “negritas” son para destacar la libertad del médico cuando la vida del paciente está en peligro).
Caemos en dos causales, uno de ellos se refiere cuando existen malformaciones fetales incompatibles con la vida. Resulta que en la mayoría de esos casos se produce un aborto espontaneo, la criatura muere en el vientre o muere al nacer, de nuevo si la vida de la madre está en peligro el medico puede abortar la criatura sin ser penalizado gracias a los artículos citados.
El peligro de ese tipo de causal es que abre el espacio para abortar niños con el síndrome de Down, que pueden llevar una vida normal, también deshacerse de criaturas que puedan tener deformaciones que no les impide convertirse en seres humanos útiles.
En cuanto a la causal en que el embarazo sea fruto de una violación o un incesto, representa un contrasentido, pues mientras el violador o el incestuoso deben pasar por un proceso penal hasta que se demuestre la culpabilidad, él bebe indefenso debe pagar con su vida el crimen de otro.
Lo que preocupa es asesinar al niño y no el trauma psicológico de la menor violada repetidamente; deberíamos procurar reducir los incestos con la intervención del estado, haciendo mapeos de las zonas más proclives a este grave delito y emplear trabajadores sociales que supervisen los hogares sospechosos.
El tema de las tres causales es un libreto que se ha aplicado en otros países, por eso los argumentos son los mismos y donde logran aprobarlas el paso siguiente es despenalizar totalmente el aborto, como lo han logrado en otros países, donde supuestamente se respetan los derechos humanos, menos el de la criatura en formación.
Afortunadamente el Articulo 37 de la Constitución garantiza la inviolabilidad de la vida desde la concepción hasta la muerte y la mayoría de los legisladores aprobarán el Código Penal, sin las causales, quedando la responsabilidad del lado de la cancha del Presidente Luis Abinader.
Si observa el proyecto el país de nuevo perderá la oportunidad de contar con un instrumento a la altura de los tipos delictivos actuales y el incremento de las penas.