En conferencia de prensa reciente, el presidente director del Louvre, Henri Loyrette, enseñando los países con los cuales mantenía una mayor colaboración, citó a República Dominicana, y la revista oficial del mayor museo del mundo dedicó cuatro páginas de fotografías al Parque Independencia y a la gente mirando los paneles de “Seis siglos de pintura”.

 Pronto, una exposición especialmente concebida para los invidentes se presentará en el Palacio de Bellas Artes: fue una propuesta del mismo Museo del Louvre. La Embajada de Francia y la Secretaría  de Cultura serán co-gestores del acontecimiento artístico y educativo, como en las exposiciones anteriores: la primera, de Théodore Chassériau; la segunda, de reproducciones al tamaño de obras maestras, ambas excepcionales en contenido y éxito. Ahora bien, cabe señalar la importante contribución del mecenazgo cuya generosidad es fundamental  para la realización de tales eventos. 

“Chassériau: obras sobre papel”.  Después de la extraordinaria frecuentación de la exposición en el Centro León de Santiago y su museografía sobresaliente, los treinta  dibujos de Chassériau –prestados por el Louvre– y los treinta grabados –desde la Biblioteca Nacional de Francia– viajaron al Museo de Arte Moderno. No pocos visitaron la muestra en las dos ciudades, atentos a la diferencia de contexto museográfico y sabiendo que difícilmente volverían a ver originales del artista romántico francés, oriundo de Samaná al igual que su madre, aunque nadie sabe si, un día, llegarán hasta nosotros pinturas…

“Imágenes del Louvre: seis siglos de pintura europea”.  En septiembre 2007 se abrió oficialmente la exposición “Imágenes del Louvre: seis siglos de pintura europea”, ciento veintiún  obras en total. El público, desde el montaje, había  ido contemplando todos los cuadros –fotografías perfectas, ilusión de los originales–. Caída la noche, la iluminación producía un efecto sobrecogedor, realzando colorido, formas, factura, hermosura de los marcos. La curiosidad se aliaba al encanto, y la prensa mostró una receptividad increíble.

La concurridísima exposición duró dos meses en Santo Domingo, fuente de comentarios inagotables, abarrotada de estudiantes que también se apasionaban por los textos explicativos de las rejas del parque Independencia, los cuadros se trasladaron a la verja del Gran Teatro Cibao hasta enero del 2008. Pese a las inundaciones, millares de personas disfrutaron las obras y actividades paralelas. “Imágenes del Louvre” ha tenido un auge tal que en febrero se inaugura en Montevideo, en marzo en Cuba, luego en Brasil… Se hizo un segundo juego de imágenes, ¡probablemente haya un tercero!

“Sentir para ver”, exposición singular.  Actualmente, en el Museo Nacional de Bogotá, “Sentir para ver” de nombre inicial “Desde lo Antiguo”, es una exposición itinerante, producida y organizada por el Museo del Louvre, que se presentará en Santo Domingo a partir de junio próximo, en Bellas Artes. ¿Por qué “Desde lo Antiguo” (“D’après l’Antique”)?  Porque la muestra se compone de réplicas, seleccionadas por el Departamento de Esculturas, de obras maestras célebres de la escultura grecorromana del Louvre, entre ellas  la Venus de Milo.

Ese evento singular ha sido concebido para el público de novidentes y malvidentes. A la escultura se accede mediante el tacto, por su naturaleza tridimensional. La exposición  desarrolla una aproximación sensorial nueva, una percepción manual que ofrece a deficientes visuales tanto la fruición estética como la apreciación de formas y  volúmenes.

Ahora bien, el público en general acoge esa aprehensión del arte, como lo testimonia la multitud de visitantes en Colombia y anteriomente en Canadá. Fichas y explicaciones escritas en el alfabeto corriente y en braille destacan las características de las piezas y el oficio del escultor. Se privilegia la atención a visitas guiadas y a actividades de taller. Indudablemente “Sentir para ver” constituirá una revelación y un aporte que se puede calificar de extraordinario.

Interés pedagógico

El Museo del Louvre se preocupa prioritariamente por la educación y acceso de los jóvenes al arte. Facilidades, horarios, formaciones especiales se dirigen al público del futuro. Las exposiciones temporales que el museo lleva al extranjero  se acompañan de esas actividades;  sucedió con “Imágenes del Louvre” en  República Dominicana.

Interés pedagógico

El Museo del Louvre se preocupa prioritariamente por la educación y acceso de los jóvenes al arte. Facilidades, horarios, formaciones especiales se dirigen al público del futuro. Las exposiciones temporales que el museo lleva al extranjero  se acompañan de esas actividades;  sucedió con “Imágenes del Louvre” en  República Dominicana.