Por SAM F. GHATTAS 
BEIRUT (AP) _ Partidarios de la oposición encabezados por Jezbolá paralizaron Líbano el martes, con una huelga general, quemas de neumáticos y enfrentamientos callejeros en los que murieron tres personas y muchas más quedaron heridas.
  

Lo que había sido planeado como un paro laboral pacífico derivó en los peores hechos de violencia desde que el movimiento Jezbolá, partidario del gobierno de Siria, y sus aliados lanzaron una campaña en noviembre para derrocar al primer ministro Fuad Saniora, que goza del respaldo de Estados Unidos.
  

En un discurso televisado a la nación en la noche, Saniora convocó a una sesión especial del parlamento para desactivar la crisis, y dio indicios de que pretende permanecer en el puesto.
  

«Permaneceremos unidos ante la intimidación y enfrentaremos a la sedición por el bien de Líbano»», afirmó, y dijo estar listo para conversar con la oposición.
  

Espesas nubes de humo negro se elevaban sobre partes de Beirut después de que partidarios de la oposición colocaron barreras y les prendieron fuego, bloqueando los principales accesos a la capital y de otras ciudades importantes con el fin de respaldar la huelga. Muchos pobladores no pudieron llegar a sus labores y la actividad económica se paralizó en diversos distritos de la capital.
  

En algunas regiones del país, partidarios del gobierno se enfrentaron con manifestantes de oposición a pedradas, golpes e incluso con disparos aislados.
  

La policía dijo que tres personas murieron y 43 más sufrieron heridas de bala en enfrentamientos en poblados del centro y el norte del país, incluyendo a dos guardaespaldas de un destacado político partidario del gobierno.
  

En un parte de lo sucedido, autoridades de seguridad indicaron que murió un activista partidario del gobierno, 23 personas que también respaldan al gobierno quedaron heridas de bala, y 15 activistas de la oposición resultaron lesionados. Los funcionarios hablaron a condición de guardar el anonimato debido a lo delicado de la situación.
  

La policía dijo que en el puerto norteño de Trípoli, la segunda ciudad más grande del país, un tiroteo entre ambas partes con fusiles automáticos y granadas dejó dos muertos y cinco heridos. Los agentes no indicaron a qué bando pertenecían los fallecidos.
  

Además, unas 80 personas sufrieron heridas leves en todo el país en casos de enfrentamientos con piedras y en otras disputas.
  

Se emplazaron miles de policías y soldados en todo el país, en un intento por despejar los caminos y disolver los enfrentamientos. En algunos casos, los efectivos negociaron con los manifestantes para que despejaran los caminos.

En otras partes, se arrojaron contra la multitud para separar a los que peleaban y retiraron los bloqueos por medio de la fuerza.
  

Los hechos de violencia endurecen la confrontación entre Jezbolá y el gobierno, que podría hacer añicos la frágil estabilidad del país, dividido en facciones políticas y religiosas. La oposición, encabezada por Jezbolá, exige un nuevo gobierno de coalición donde el grupo tenga más poder, algo a lo que Saniora se ha opuesto firmemente.