Tres novelas historicistas de Federico García Godoy

Tres novelas historicistas de Federico García Godoy

“Guanuma” es el espacio del descontento de Pedro Santana con los generales españoles

El plan fundador de la trilogía patriótica que proyectara Federico García Godoy continúa con la publicación de su novela “Guanuma”. (1914). Eso se puede ver en las ideas fundacionales como en el desarrollo de las narraciones. Se parte del contexto histórico.

En la primera obra, “Rufinito”, (1908) el autor relata los acontecimientos que ponen a Juan Pablo Duarte en el Cibao, la campaña de Ramón Matías Mella, por la candidatura del líder trinitario a la Presidencia de la República contra el poder de los hateros representado por Pedro Santana.

En ella aparece la lucha entre los trinitarios, representantes de la pequeña burguesía comercial y letrada, contra el santanismo, representante de los hateros. El escenario es la ciudad de La Vega. El partido duartista tiene mayores adeptos en el Cibao, tierra de pequeños comerciantes que apoyan el liberalismo que se funda en un nacionalismo contrario a la dominación haitiana.


Mientras que en “Alma dominicana” (1911) el centro de operaciones es el Cibao y el personaje histórico es el general Gregorio Luperón, primera espada de la Restauración y quien va a encabezar el Partido Azul contra los conservadores capitaneados por Buenaventura Báez. El centro de operaciones de estas luchas se da en la ciudad de Santiago. En el caso de “Guanuma” el personaje histórico es Pedro Santana y la ciudad que aparece como cronotopo es Santo Domingo.


Es en el seno del Gobierno Restaurador establecido en la Ciudad de los 30 Caballeros, que aparecen las primeras conversaciones que llevaran a Fonso Ortiz a infiltrarse en el campamento que mantenía Pedro Santana en Guanuma. Esto se da por la complicidad de un oficial santanista que tiene una deuda con Fonso Ortiz. Luego la acción se traslada a la ciudad de Santo Domingo donde Ortiz ingresa como mensajero especial del general Santana.


En cada novela de la trilogía, García Godoy realiza un homenaje a la ciudad; de la de Santo Domingo va a destacar su historia, su pasado hispánico, sus edificios, sus murallas y baluartes, su Torre del Homenaje, el mar y su proximidad al río Ozama. Este homenaje no se da sin que encontremos la ironía de que no hace mucho estaba ocupada por las tropas haitianas de Boyer; ahora está ocupada por el ejército español que el general Santana y sus seguidores han traído de regreso con la Anexión en 1861.

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Federico García Godoy

Con este acontecimiento tan vívidamente narrado por García en “Compendio de la Historia de Santo Domingo” inicia la novela, que cambia de escenario a Santiago, luego a Guanuma y se detiene en la contemplación de los edificios, de las afueras de la ciudad hacia el norte, una pequeña pensión donde Fonso, el personaje principal, encuentra adeptos y luego se reúne con un grupo de complotados de la Capital.


La historia no se libró en esta ciudad, los capitalinos están en la lucha, pero el centro del escenario es Santiago. El homenaje a la ciudad también deja ver que ya ella no dictaba la política de la nación, el Cibao es el escenario. Juan Bosch ha dicho con mucha razón que en las novelas de García Godoy no son los generales los personajes que hacen la historia, la historia está dada por el pueblo. Y coincidimos con este aserto de Juan Bosch, quien lo lleva más lejos al afirmar que la Restauración de la República en 1865 fue obra de la lucha de todo un pueblo.

Y en este aspecto podremos decir que García Godoy se separa del relato fundacional romántico que veía en la novela la forma de exaltar a un héroe; aquí el héroe queda en segundo plano, mientras son las gentes de a pie los que hacen la historia.


Guanuma es el espacio donde aparece Pedro Santana. Y el espacio del descontento de Santana con la forma en que los generales españoles han venido actuando contra los dominicanos alzados en armas que iniciaron muy temprano la resistencia nacional contra España con el levantamiento del general José Contreras y miles de pequeños agricultores en Moca el 2 de mayo de 1861, y continúo con la incursión armada de Francisco del Rosario Sánchez en El Cercado para explotar definitivamente en Capotillo con Santiago Rodríguez y Benito Monción.

Las actividades de Polanco en Puerto Plata y las de Luperón, así como las del general Florentino en el Sur fueron muestras de la forma decidida de los patriotas dominicanos por recuperar la soberanía perdida en los acuerdos de Santana con la reina Isabel II.


Pedro Santana en “Guanuma” era un hombre que se encontraba ya al final de su propia gloria como defensor de la frontera dominicana. Estratega que se impuso en muchas batallas como en la de Las Carreras, sabía cómo podía ganar a los cibaeños y estaba descontento con la forma que los peninsulares llevaban la guerra. Por otro lado, estaba el hombre cansado que había entregado la soberanía del país a cambio de un título nobiliario y de posiciones para sus antiguos generales.

En otras palabras, Santana era una sombra. Pero no es “Guanuma” la novela del dictador que luego aparecerá en las obras de Juan Rulfo y García Marqués. No existe un interés en centrar la narración en los personajes, sino en los acontecimientos mismos. El peso de la diégesis lo tiene el personaje ficticio Fonso Ortiz en la medida en que es él quien coordina todos los nexos que va desarrollando la historia. La presencia de una contraparte femenina, que aparece al principio y al final de la obra, muestra el gusto por la novela sentimental y romántica de la época. La mujer, Rosario Ordóñez, viene a ser simbólicamente una representación de la tierra, pero queda convertida en signo porque no participa de igual a igual en la lucha por la libertad.


“Guanuma” es una novela que se escribe bajo el influjo del modernismo que, desde la publicación de “Ismaelillo”, de José Martí, en 1882 y “Azul”, de Rubén Darío, en 1888, había impuesto las formas simbolistas y parnasianas de la poesía francesa y un gusto por el exotismo y el cosmopolitismo de las grandes ciudades europeas. El homenaje a las grandes ciudades se da en la escritura de García Godoy no como una exposición de su modernidad, sino como la permanencia del tiempo en ellas y haber servido como centro del desarrollo de acontecimientos heroicos que hacían sobresalir las gestas de la patria.

El estilo y la forma de exposición esmerada, el lenguaje correcto que lleva a sus novelas a ser obras de arte están acompañados de una tendencia al ensayismo, a la exposición de ideas como recursos que mantienen el propósito ideológico y la acción civil que anima al autor. El narrador está en primera persona, y, por lo antes expuesto, busca confundirse con el autor. Estableciendo un pacto autorial en que el letrado pesa sobre las ideas y sobre la historia narrada. La focalización se hace desde la perspectiva del autor sin que el relato se convierta en una exposición homodiegética. El narrador es omnisciente y su tercera persona le permite estar presente en todo lo que ocurre sin dar paso a los personajes.


Cabe decir que una exposición multiperspectivista está ausente porque, en su interés discursivo, el autor da poca cabida a los diálogos y a la dramatización de la diferencia. Los elementos intertextuales remiten a los textos de historia que ya hemos mencionado arriba. Su relación genérica con “Episodios nacionales” de Galdós y su apego a ciertos historiadores muestra la relación hipertextual de “Guanuma” y de toda la trilogía patriótica. Por otra parte, los personajes quedan bosquejados para dar paso a las situaciones y a las ideas que traban las obras por lo que no se destacan más que como elementos actanciales de una historia referida.


Como obra de talante historicista, “Guanuma” comparte con “Alma dominicana” y “Rufinito” una misma forma que plantea el mismo propósito del autor en Mímesis I, contribuir a defender la nación dominicana desde una perspectiva que se encuentra en las ideas de los trinitarios.

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